—Voy a hablar contigo
—¿Y qué hay alguien más que yo para hablar?—resoplé—Ni modo que con la mesa.
—Tengo que llenar tu formato, para archivar tu expediente como mi paciente ¿si?
—Como sea.
—Dime tu nombre completo
—Sofía Chalotte Fooster Colman
—Ajá—escribió sin despegar la vista del papel—Fecha de nacimiento.
—30 de diciembre de 2002.
—¿Vives con tus padres?
— No
—¿Y con quién vives?—suspiró—o ¿Tu responsable familiar?
—Pues, con mi abuelo.
—Dime su nombre.
—Robert Noah Fooster
—Ajá—murmuró mientras escribía—¿Tiene trabajo?
—No—respondí seria—se jubiló hace siete años
—Dame la dirección de tu casa.
—No joda, que le importa—resoplé resignada—¿Este es un interrogatorio? ¿Para qué ?—bufé—¿para secuestrarme? ¿Violarme? ¿Acosarme? ¡Ja! Sé que estoy guapísima, pero no me joda señor, al menos disimule que le gusto.
—No Charlotte—negó resignado—por si se da una emergencia.
—Excusas, excusas y más excusas.
—Iniciemos con la primera sesión.
—No te detengas—respondí—mientras más rápido, será mejor para los dos.
—¿Quieres agua?
—No, así estoy bien.
Él se levantó pasando a mi lado y sentí su empalagoso olor a la colonia que utiliza, que asco.
No pude evitar arrugar la nariz por tan estruendoso y escandoloso olor.
—¿Te molesta el olor?—preguntó al otro lado de la oficina llenando su vaso de agua y volver a su asiento.
—Sí—afirmé arrugando la nariz con asco y simulando orcajadas— Es realmente molesto.
—Dime—colocó sus gafas y apoyó sus codos en la madera varnisada del escritorio— ¿cómo estas?
— Sentada
—¿Cómo te sientes hoy Charlotte?— corrigió con un suspiro.
— Como todos los días.
— ¿Cómo?
— Como una diosa.
—Ya entendí—dijo suspirando anotando cosas es un papel, que por la forma de su escritura podía notar que son garabatos.
— Sólo quiero advertirte que lo que vamos a hablar en nuestras citas no te preocupes que nadie sabrá de lo que me hablas, sólo estará entre tú y yo.
Mientras él me daba una charla de toda una mierda que no importa, me di cuenta que me estaba envolviendo una sensación de que ya lo había visto, a este payaso que pronto comenzará a hablar hasta por las orejas, o peor, hablará hasta por el culo, no sé de donde saca tanto parloteo.
—Ahora tú.
¿Yo qué?
—¿Qué?— pregunté desconcertada—¿Qué quiere ahora?
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Oneroso
RomanceTodo lo malo, lo malísimo lo puedes reunir en un pequeño cuerpo de 152 lb. Charlotte Fooster, esa chica de dieciséis años. No le teme a nada, su personalidad intrépida la hace extremadamente beligerante, lo que hace que los problemas sean como lluv...