Capítulo 9: Sangre caliente

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When I'm fucked up, that's the real me, have eyes, the hills have eyes
Who are you to judge?
Hide your lies, girl, hide your lies
Only you to trust, only you🎶🎶

✧ ✧ ✧

Cuando me liberé de ellos corrí pero Rooney tiró una piedra de grava golpeando mi pierna derecha y automáticamente caí con dureza contra el suelo, gemí de dolor al ver mis rodillas heridas y la tela de mi pantalón roto, demonios yo ni se coser.

Cuando iba a ponerme de pie el bate azotó mis espalda con dureza, dolió tanto que volví a caer al suelo, un dolor que invadió todo mi ser, duele como el puto demonio.

-¿Te gusta?- preguntó Rooney apoyando su pie sobre mi espalda- Grita, llora lo que quieras que nadie de escuchará.

Dicho esto prosiguió azotando con el bate en mis costados, en todo mi cuerpo; patadas, bofetadas, trataba de cubrir mi rostro y cabeza con mis brazos y manos pero todo era en vano ya que repetidas veces perdí en sentido tanto que en un momento no sabía con qué me estaba golpeando.

-¿Por qué no lloras maldita sea?- espetó enfadado Rooney chocando con fuerza su puño en mi rostro, girando mi rostro y escupiera sangre mirándolo con asco para que viera que no me intimida para nada- Llora... ¡Qué llores imbécil!- con el bate azotó mi costado izquierdo sintiendo un dolor tan agudo que me hizo retocerme del dolor- ¡Grita!

Me dio la vuelta bruscamente quedando frente a frente, yo en el suelo y el de cuclillas, pero no tardó en levantarse.

-Hey, Steve... ¡Ponla de pie!- gritó desperado a uno de esos sujetos que lo acompañaban.

No tenía nada de fuerza, mi cuerpo no respondía, mover un dedo me dolía, parpadear dolía. El tal Steve me tomó del brazo y el otro sujeto tomó mi otro brazo levantándome bruscamente, mis rodillas y piernas flaqueaban además estaban flexionadas al no poder ponerme de pie si no fuera por estos gorilas estuviera besando el suelo de nuevo. Respiraba agitadamente al sentir como mi vista se nublaba en pequeños lapsos de tiempo y me faltaba el aire.

-¿No te duele?- preguntó tomando mi mentón levantando mi rostro con brusquedad

-Lo único que siento es pena por la mísera mierda que eres- escupí en su rostro.

-Well, well my baby- dijo dándome la espalda- Más divertido para mi.

Golpeó mi estómago con su rodilla, se salió el aire por unos tres segundos de mis pulmones mientras oía las cínicas carcajadas de Rooney. Mordí tan fuerte mi labio para no gritar que pronto sentí el sabor metálico de la sangre.

Pasaron unos minutos, en realidad no se cuanto tiempo pero mis pómulos los sentía hinchados y sangrados, mi ceja al igual que mi labio.

-¿Hasta cuando dejarás de jugar a la muñequita de acero?- escupió sus palabras para después pasar su lengua por todo en camino de sangre que salía de mi ceja hasta mi mejilla.

Asqueroso y desagradable.

-Créeme que amo este juego- dijo para soltar una carcajada escandalosa- Que rico, que delicioso ¿sabes lo excitante que es ver tu hermoso rostro así de mierda?

Con el bate golpeó mi abdomen.

-Me debes muchas... demasiadas-dijo con una sonrisa- Entonces que empiece la función, hey Carlos, haz lo que te dije.

El sujeto que sostenía mi brazo derecho lo soltó y sin replicar se dirigió a Oliver, se acercó con un recipiente de gasolina y lo empezó a remover en todo Oliver nonononononono, no , esto no puede estar pasando, el fuerte olor a gasolina penetró mis fosas nasales, es la primera vez que no disfruto el olor a la gasolina.

-¡Malditos!-me removí en los brazos de "Steve"- Suéltenme!- nunca en mi vida voy a saber de donde saqué tantas fuerzas en ese momento, me logré soltar de ese sujeto y como pude me acerqué a Rooney pegando con fuerza mi puño en su pómulo izquierdo pero alcanzó a tomar mi cuello de la camisa y sostuvo mi rostro apretando mis mejillas, dejándome inmovilizada y viera lo que está a punto de pasar.

-Quiero que mires la función en primera fila- dijo susurrando en mi oído pasando su lengua en una gota de sudor y para que aquel sujeto tiró el bote de gasolina y tomar el cigarrillo encendido mirando a Rooney como que si esperara su orden- ¡ahora Steve!.

Dicho esto en menos de dos segundos el auto, Oliver estaba en llamas

Sentí una presión en el techo, una punzada tanto que por un momento olvidé completamente el dolor físico, me sentía tan impotente al no poder hacer nada sin darme cuenta el mundo se me venía encima y no tardó en que mi labio inferior comenzara a temblar, la vista se me estaba comenzando a nublar por la futuras lágrimas que se avecinan el nudo en la garganta no ayuda, quería llorar, gritar y pensar que es sólo una pesadilla.

-¿Charlotte?- llamó a nuestras espaldas un desubicado César, petrificado al no esperarse tal escenario con los ojos tan abiertos que creí que se iban a salir

-¡César! ¡César!- lo llamé con todas mis fuerzas tratando de reprimir el sollozo- ¡Estoy aquí!

Como por arte de magia César corrió directamente a mi pero los dos sujetos le obstruyeron el paso intentando detenerlo a golpes y juegos sucios pero César no tardó en derribar a ese par de bribones. Rooney me empujó dejándome caer al suelo, contra la fría grava con fuerza, como si fuera un cuerpo sin alma. Con la pocas fuerzas que tenía de no cerrar los ojos, sólo escuchaba el ruido de las llamas consumiendo todo a su paso con rapidez el vapor golpeando en mi cara para luego todo volverse oscuro.

✧ ✧ ✧

Santo Cielo, Rooney hijo de tu pu..

Al abrir los ojos creí que estaba en el limbo o muerta pero el dolor se hizo presente golpeando con fuerza que esto es la cruda realidad. Duele tanto mi cuerpo que si me muevo estoy segura de que escucharé mis huesos crujir, duele hasta respirar.
La cama en la estoy ahora se ve tan deliciosa pero ahora se siente como un montón de clavos enterrándose en mi cuerpo, traté de levantarme pero fue en vano.

-¿Te duele mucho?- se hizo presente su voz, no se por que ya no me sorprende, y estaba él allí mirándome parado en el marco de la puerta.

-Siento como si me atropellaron- dije otra vez intentando sólo sentarme pero sólo gané un flechazo de dolor en todo mi costado derecho haciendo que caiga sin piedad de nuevo al suave y esponjoso colchón

OnerosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora