Capítulo 8: Lluvia de colores

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🎶 I'm never gonna let you close to me
even though you mean the most to me
'cause every time I open up, it hurts 🎶

NOTANOTANOTANOTA
N O T A:
Se me ocurrió la grandiosa idea de que cada vez que comience un capítulo pondré la letra de una canción jijijiji, y pues tienen que adivinarlaaaaaaaa, sólo quiero interactuar más con ustedea okokook?( ꈍᴗꈍ)( ꈍᴗꈍ)
Pondré de todo género y conocidas así que sólo eso bye bye perritas.
Ya terminó el cuchunoticiaculera




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Terminó la jornada escolar y la verdad que por otro lado estoy inmensamente feliz ya que sólo faltan tres días para que mi castigo termine y eso quiere decir que sólo tres días más para las citas psicológicas, hoy sí iré a ver a mi abuelo y llevarle sus mentados alfajores que al final de todos él sólo se come uno, mi abuelo, mi querido abuelo es el que me da la fuerza de asistir a la Escuela porque si es por mi me hago narcotraficante pero se que a mi abuelo odiaría el dinero sucio y lo que menos quiere mi abuelo que siga los pasos de mi madre.

Después de terminar las clases fui  al campo de fútbol me senté bajo un árbol y fumé un cigarro esperando que todos se fueran para luego entrar e ir donde César.  Justo a arrecostarme en el tronco del árbol cuando una voluminosa mujer se acercó 

— Tú no deberías estar aquí

— Puedo hacer y estar donde quiera, ya terminó la jornada de clases.

— Exacto— respondió escandalosamente—  Ya terminó la jornada de clases, tú no tienes que estar aquí, ningún estudiante. La ignoré y terminé de arrecostarme

—No estoy para soportar tus monerias.

— No es necesario que las aguante — respondí flexionando mis brazos poniéndolas atrás de mi cabeza—  va a hacer que se le salga el niño por Dios.

Ella acarició su barriga  e inhaló y exhaló escandalosamente.

— Le diré a la directora que no acatas órdenes.

— Todos los días desde hace dos meses me quedo después de clases a cumplir un castigo en ordenes de su queridísima directora y si no me cree puedo preguntarle mientras le besa los pies.

— Oh— dijo bajando el volumen drásticamente de su voz—  Eso explica esto.

— Ahora que quiere saber todo, ¿quiere que le diga hasta de qué color son mis mocos o la orina?

Sonreí ante mi propia respuesta y ella sólo bufó cerrando los ojos y me dio la espalda hasta que se fue caminado.

La brisa que chocaba en mi rostro y a la vez movía las hojas creaba una melodía realmente relajante y armoniosa, apagué el cigarro y cerré los ojos aspirando el aroma del viento y sentirlo, definitivamente es unas de mis sensaciones favoritas, al diablo, dormiré un poco.

— Charlotte...Charlotte — Sentí como me sacudían del brazo levemente.

Abrí los ojos y me sorprendí que ya estaba todo oscuro, pff genial, me quedé dormida. Lo gracioso es que eso dos minutos fue una hora, las estrellas y la luna ya adornaban el cielo.

—Charlotte. ¿Estás bien?—  César, claro, como no me esperaba— ¿Estás bien?— preguntó tocando mi rostro y hombros por si tenía algo.

—Sí— afirmé incómoda alejándolo— Estoy bien.

—Te quedaste dormida y ya no llegaste a la cita.

— Me dormí

— Eso ya lo dije niña— dijo con una sonrisa revolviendo mi cabello y bajó su mano hasta detenerla en mi rostro hicimos contacto visual pero se puso de pie con una rapidez como la velocidad de la luz.

OnerosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora