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La señora Lee veía como el joven omega disfrutaba de su nieto, haciendo muecas a la hora de darle de comer y con que amor limpiaba su carita

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La señora Lee veía como el joven omega disfrutaba de su nieto, haciendo muecas a la hora de darle de comer y con que amor limpiaba su carita. Aunque el niño ya sabía comer solo era un placer inmenso para Felix hacerlo el mismo, sabía que mal acostumbraría al niño. Pero solo hacerlo un par de veces no hacía daño.

—¿Cuántos años tienes Felix?— La mujer se aventuró a preguntar, viendo cómo el joven la volteaba a ver un tanto apenado.

—Veinticinco.— La mayor asintió comprensiva, para seguir viendo al omega.

—Eres joven aún, mi hijo tiene apenas veintidós. Pero creeme que es un terco.— Suspiró.

—Se caso joven.— La alfa se encogió de hombros.

—Ya veo, supongo que se mudaron aquí por lo mismo ¿No? Nunca había escuchado de Jeongin.― Murmuró con amor, viendo cómo el menor con sus manitas curiosas tomaba papilla y la embarra contra su cara y ropa. —Eres un bebé muy listo ¿Lo sabes?—

—Lo es.― La alfa enseguida concordó.
—¿Puedo preguntar por qué hiciste el lazo?—

Felix en ese momento se volvió a sentir pequeño e indefenso, bajo la mirada. Sabía y sentía que la alfa era una dominante y aunque era amable jamás le podría mentir.

—Fue un accidente, tuve una pesadilla. Es recurrente... El llanto de Innie me hizo reaccionar y se hizo.― Suspiró.
—Lamento que algo realmente delicado se haya hecho así.—

La alfa no dijo nada más, simplemente dejo que el omega siguiera al lado de su nieto.

Poco después Jeongin extendió sus gorditas manos hacia Felix quién lo recibió y acomodo en sus brazos, meciéndose hasta que por fin pudo dormir al bebé.

—Es mejor que te vayas por hoy, Minho no tarda en llegar y no eres de su
agrado.— El omega asintió, a final de cuentas era un extraño.

—Si, no es correcto que esté aquí.— Se levantó con el menor en brazos, durmiendo plácidamente babeando la playera de Felix. Lo encamino en una cama improvisada que permanecía en la sala. —Adiós... Bebé, pórtate bien y se paciente con tu papi alfa.—

Besó su frente, mostrando que por extraño que pareciera el lazo materno los tenía unidos como si realmente Jeongin fuera su propio bebé.

No sin antes agradecer y despedirse de la alfa camino hacia la puerta. Al final tenía que separarse del cachorro, no sabía que era más cruel para su pobre corazón. Pero esto era lo mejor, apenas llevando tres días con el vínculo se sentía morir al separarse ahora poder estar con el niño más tiempo lo mataría.

—Puedes venir todos los días entre semana, los fines Minho está aquí todo el día. Mi nieto necesitaba tu compañía para no sufrir la separación de su
padre.— La voz de la alfa era tan liviana y de cierta forma suplicante. Cosa que hizo a Felix saltar internamente de la emoción.

—Gracias, prometo que haré mi mejor
esfuerzo por qué Jeongin sea un bebé feliz.— Sin más salió realmente feliz del hogar Lee.

Bueno, tal vez valía la pena morir con tal de poder estar cerca de su cachorrito.

Por otro lado la alfa suspiró, había dicho que no se metería en la vida de su hijo. Que este le había prohibido desde que conoció a quien fue su omega meterse. Pero ya no era solo su hijo, ahora el que sufría las consecuencias era su pequeño nieto para quien era dolorosa la separación de su padre omega y el comienzo de la depresión de su padre alfa.

Lee Felix había llegado como caído del cielo, ella no tenía contemplado que una marca materna fuera hecha por alguien a quien ella no supervisó y contrató, pero la sinceridad en el joven le dió la confianza y fuerza.

Felix sería el padre omega que el pequeño Jeongin necesitaba, aún sufriera por ello el chico.

Lo siento pequeño, pero no puedo dejar que Jeongin muera de tristeza.

Aquí comenzó una divertida rutina. Una dónde Felix iba a trabajar todos los días con una sonrisa y con un dulce aroma. Cosa que no pasó desapercibida y por malas lenguas felicitaban al omega por su bebé, cosa que él no negó y al contrario aceptaba gustoso.

La falta de ahora del alfa no fue realmente grave, al final a quien le importaba si tenía o no alfa. Tenía un bebé y eso era lo que le importaba en su corazón.

Después de trabajar iba a la panadería por cosas dulces y luego a su departamento donde tomaba los ingredientes necesarios para hacerle ricos platillos adecuados a la edad de Jeongin. Ahora más que nunca deseaba poder hacer más que caldos, sopitas y una que otra papilla, y que el pequeño cachorro pudiera decirle cuánto le gustó y que deseaba que le preparara otro platillo.

Con el solo pensamiento su pecho ronroneó.

Como todas las tardes la alfa lo esperaba de forma paciente, dejándolos solos el resto de la tarde mientras ella iba a arreglar los asuntos en sus negocios. Llegando antes que su hijo para poder ocultar un poco del aroma de Felix.

El omega tenía entre sus manos las cuerdas del canguro especial, dónde el pequeño Inne parecía un títere, lo cual le enseñaba a caminar sin la necesidad de lastimarlo.

Era cierto que el bebé ya sabía levantarse y caminar, pero después de perder el lazo con su progenitor tuvo un retroceso que lo limitaba. Pero ahora el joven omega se esmeraba por volverle a enseñar.

Cuando el pequeño se canso giro y estiró sus gordas manos hacia el mayor, quién lo alzó enseguida. —¡Hiciste un buen trabajo! ¡Muy bien, muuy~ bien! Innie es muy listo y realmente lindo.— Pronto la alabanza era una canción tierna.

En la barra ya estaba el biberón tibio que el pequeño tomaba a esa hora, siendo llevado a su pequeña boca. —Toma despacio, calma. No se va a ir la leche.— comenzó a ronronear de manera inconsciente, ocasionando que Jeongin se recargara en él. Cayendo de a poco en los brazos del morfeo.

Tanta fue su nube de ensoñación que no notó al alfa detrás de él, ni siquiera cuando esté se fue.

Cuando el joven señor dio a luz la casa y villa Lee fue la más feliz y brillante dentro de las grandes casas de los ricos, Todos felicitaban al joven amo Lee. Con una edad muy joven contrajo nupcias con el hijo menor de los Lee un delicado omega recién presentado, apenas pasando la edad adecuada procrearon a su primer cachorro.

Este un lindo niño de grandes ojos y un aroma realmente dulce. Un próximo omega tal vez.

Felix veía a su pequeño bebé en sus brazos rebosante de amor. Su pequeño Jeongin.

Aunque el amor de los jóvenes se fue dando gradualmente al crecer juntos, aunque una grieta se abrió ante la desconfianza.

Aunque el amor de los jóvenes se fue dando gradualmente al crecer juntos, aunque una grieta se abrió ante la desconfianza

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Lazo maternal [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora