Cuando fue rodeado por aquellos brazos y el rico aroma a menta y chocolate invadió su ser se permitió llorar. Su lobo fue muy sensible y se permitió doblegar ante tal situación.
—Esta bien, tranquilo.— Murmuró Minho, acariciando el costado de la cabeza de Felix. Así había visto al omega varias veces consolar a Jeongin. —Ya paso, está bien.—
El cabello de Felix se sentía tan suave al tacto, esos brazos que se aferraban al cuerpo del alfa solo le confirmaban que debía proteger al omega y al cachorro.
—Ya, ya estoy bien.— Murmuró, seguido de manera un tanto brusca secar sus lágrimas. Estaba tomando la costumbre de siempre llevar un suéter ligero, tal parecía que el niño dentro de él no perdonaba. —Gracias.—
Minho pronto de manera lenta se separó de Felix, sabía lo sensible que podía ser el omega estando en ese estado. Recordó vagamente a Seungmin quién sin permiso era bastante cariñoso e invasivo.
—Esta bien, cuando Seungmin tenía tu tiempo quería estar pegado a mi. Supongo que es lo mismo con tu alfa.— Y regresaba a ser un tonto.
—Definitivamente eres idiota.— Felix le reclamó. Sabía que no podía esperar más de Minho pero quería un poco de empatía.
Nunca había llegado con el olor de otro alfa, no tenía una vida romántica. Solo se dedicaba a su trabajo y a Jeongin, trataba que su pequeña familia funcionará bien ayudando también a Minho sin ser invasivo. Y que lo tratará así solo hacia agrio a su corazón.
Empujó a Minho levantándose, ignorando ahora los reclamos del alfa.
Fue al cuarto de Jeongin y ahí mismo se encerró. Comenzó a doblar la ropa, parecía que Minho no tenía ni orden en su cabeza. Había lavado esa ropa hace tres días.
El alfa entró a la habitación, llendo directo con el niño que aún dormía. Beso su frente. —Regreso en un rato, descansa.—
El omega ignoro la sensación de plenitud en su pecho, su omega a pesar de ser orgulloso agradecía que Minhi no fuera indiferente ante Jeongin. En cambio con el otro, parecía que realmente su cachorro crecería apartado de alguna manera de Minho.
Había superado los cuatro meses, eso quería decir que tal vez el destino de ese niño era nacer. Los omegas sin marca perdían a los embarazos a los pocos meses, aún tuviera riesgo de que esto ocurriera ya había superado la etapa más difícil.
—Descansa, más tarde lo hago yo.— Minho se había detenido detrás de Felix, el omega se crispó un segundo tratando así de nivelar su enojo.
—Si, para que cuando vea toda la ropa revuelta. Jeongin es un niño muy listo y por ello sabe que su habitación está desordenada. El procura dejar las cosas en orden pero si no le ayudamos a poner nuestra parte en su lugar se va a comenzar a ser desordenado y en unos meses más yo no voy a poder.— Regaño.
—Siempre a la defensiva.— Atacó, el omega cerró los ojos, no quería discutir —Te trato de ayudar, estoy dejando que te quedes con Jeongin a pesar tu
estado.— Felix se levantó y lo encaró. Ya estaba harto.—Es tu hijo también.— Reclamó. —Asi que no me vengas con ese maldito cuento otra vez, es tuyo.—
—No, ese día tú cambiaste mis supresores. Tú querías engatusar un bastardo que no es mío.— Lo cínico lo hizo endurecer, sin miedo le dió una bofetada.
—¡Vuelve a decirle así a mi bebé y te arranco la garganta!— Medio gritó, de nueva cuenta comenzó a llorar. Odiaba eso, ser tan sensible.
—¿Papi?— el llamado de Jeongin lo hizo lamentarse y en ciertas forma odiarse. Deteniendo su enojo, bajo las manos y miro a Innie.
—Esta bien Innie, duerme. Lamento despertarte.— Pidió. Pero el menor rápido se acercó a abrazarlo.
—¿Por qué lloras? No llores, bebé se pondrá triste.— Pidió el niño ahora llorando también.
—Pues él fue quien me hizo llorar.— Murmuró, viendo a Minho, el alfa lo veía de una forma indescriptible. Tal vez y había lastimado su orgullo pero el lobo de Felix se sentía aún peor. Tapo el oído de Jeongin haciendo que de alguna manera solo escuchará su corazón sabiendo que el menor aún si no lo hiciera no escucharía. —Todo lo que hagamos afecta a Jeongin, no podemos alterar su manera de vivir. Finge cómo hasta ahora, no te caigo bien y está bien. Solo por favor no me vuelvas a decirme fácil, si quieres creer que este niño es tuyo o no, no me importa. Pero si tú decisión es no ser parte de él te pido que lo respetes y a mi también.—
—No es mío.— La voz de Minho salió lastimada, Felix por su parte asintió por fin acabando la discusión.
—Shh tranquilo Innie, todo está bien.— Pidió aferrándose al menor y liberando todas las emociones que en ese momento sintió.
Cuando ambos se calmaron Felix por fin lo llevo a la sala donde el niño con una bolsa comenzaba a recoger las bolsas de frituras y toda aquella basura que el y su padre hicieron, por su parte el omega limpio de manera rápida la cocina fastidiado por la actitud del Minho.
—Pensé que estaban abajo.— La voz de la alfa lo saco de su ensoñación.
—Me quedé un poco más, supongo que Minho está entrando en depresión nuevamente.— Acusó entre dientes, estaba muy enojado aún.
—¿Sucedió algo?— La alfa de manera discreta olió a Felix, una combinación extraña. Ese deje de yerbabuena tan pequeño. Pero siendo tapado por el aroma de su hijo.
—Nada, solo aclaramos las cosas.— Se encogió de hombros.
—¿Eso es bueno?— La alfa sabía del temperamento del menor, cualquier emoción la podía saber mediante su olor.
—Por el bien de Jeongin le pedí que me siguiera tratando igual que siempre, también que si iba a seguir con la estupidez que el bebé no era suyo lo respetará.― Se encogió de hombros.
—Mi padre crío a un omega fuerte no puedo ser débil.——Ven.— La alfa extendió sus brazos envolviendo así el frágil cuerpo de Felix. Quién comenzó a sacudirse por el llanto.
No siempre podía culpar al bebé.
Felix se sonrojó, asintiendo al tomar la orden del alfa Lee. El celo de Minho había llegado, por petición del alfa de nueva cuenta ambos tenían habitaciones aparte.
El joven omega de dieciocho años se sentía herido, su alfa le confesó que amaba a otro. El mismo omega que lo había abandonado en su compromiso y por ello accedió a tenerlo en su vida.
Sabía de mucho que la vida de un concubino no era la mejor, pero no espero amar al alfa así.
De manera calmada se encaminó a la habitación del alfa, pasando por el patio principal tratando así de alargar el tiempo.
Ahí de pie miró al alfa tierno que le dedicaba tiernos versos y sobre todo se sentía seguro y protegido. —Discúlpame por no amarte.—
Susurró herido para seguir su camino, el alfa ya le había propuesto huir juntos. Pero el miedo a que le pasará a su familia era más grande.
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Lazo maternal [Minlix]
FanficFelix siempre fue considerado un omega defectuoso, después de sus diecisiete su olor desapareció de un día para otro. Muchos ignorantes en esa época crearon una inseguridad realmente grande en su corazón, diciendo que era un beta, tachandolo de perv...