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—¿Por qué regresaste?— La voz de Minho lo hizo sonreír, aún meneaba la sopa que ese día le haría al alfa

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—¿Por qué regresaste?— La voz de Minho lo hizo sonreír, aún meneaba la sopa que ese día le haría al alfa. Llevaba meses sin pisar aquella casa.

—Necesito dinero.— Mintió, siguiendo con lo suyo ignorando al alfa. —No te
extrañe.—

—El sentimiento es compartido.— Gruño Minho. —¿Porque hueles a omega? ¿No se supone que eres un beta?—

—¿Quién te mintió tan cruelmente? Yo soy un omega.— Declaró.

Ambos permanecieron en silencio, no era nada fuera de lo común aquello. Era mejor que andar peleando como locos.
F
—¿Él bebé de quién es?— Preguntó el alfa con miedo. El omega tapo la olla sintiendo su corazón temblar, pero aún así una sonrisa cálida salió de sus labios.

—Es mío, solamente mio.— Murmuró ahora viendo al alfa que ya venía en su silla, este tenía su cabeza.en alto y en dirección del omega, pero sus ojos mostraban que ya no podía ver.

Todos los años eran lo mismo, el recuerdo del pequeño llegaba en ese mes dejando al omega realmente mal. Aún llendo a terapia la parte animal era quien no podía aprender a vivir con esa agonía.

Ese mes el pequeño cumpliría quince años.

Nadie podía saber el dolor de perder, hasta que ese momento llega y deseas jamás haberlo sabido.

—Estoy bien, no te preocupes.— Aclaró el mayor, el abrazo por la espalda del alfa solo era con el propósito de consolarlo.

—¿Quieres hablar de ello?— Preguntó el alfa con cautela, Felix movía el desayuno aún. El alfa recargo su barbilla en el hombro de su esposo, sintiendo como el omega estaba en un debate. —Yo... No puedo olvidarlo tampoco. Mi lobo mucho menos, me lo puedo imaginar ahora peleando con Jeongin por algo realmente ridículo, haciendo pasteles con ustedes. Brillando como el ángel que es.—

Felix suspiró para comenzar a hablar, le dolía aún aquella perdida.

—Sé que él está bien, que no debería de seguir pensando en eso.— Sus manos temblaron para apagar la estufa. —Mi lobo aún llora por él. Puedo imaginar cómo hubiera sido con Jeongin al tener gripa, al ir a acampar o todos los días desayunando, que ambos fueran cómplices. Me hubiera encantado eso.—

—Lo sé.— Murmuró el alfa.

Felix volteo y abrazo al menor caminando así algunos pasos hacia atrás lejos del peligro. —Lo volví a soñar. Solo eso, no pienses más en eso alfita ¿Si?—

Pasando los años aún la huella estaba en sus corazones presente, era algo que jamás podrían dejar ir. Volviéndose un recuerdo realmente agridulce.

—¿No quieres otro bebé? Sabes estuve checando los requerimientos que debemos tener para adoptar... Somos candidatos si así lo deseas.— Propuso. El mayor negó con una sonrisa besando al rubio.

Lazo maternal [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora