Mi Devoción #4

Capítulo 14: El estafador resultó estafado.

AVA

Soñé con sus besos salvajes toda la noche.

Y con otra cosa que no mencionaré.

¡Jesucristo! Damon es todo un almacén de lujuria y deseo que no podría explicar con palabras.

No me puedo creer que nos besamos de tan excitante manera. No puedo creer que volví a tener esos labios tan inolvidables sobre los míos después de tanto tiempo.

Eso no podía calificarse como un beso y ya, había sido el beso más caliente de la historia, y lo había tenido con el hombre que me tiene obsesionada por él desde hace tanto tiempo que ya no recuerdo.

No he dejado de sentir sus manos por todo mi cuerpo. ¡Nadie me había tocado así jamás! Sus manos fuertes, grandes, y con determinación en cada área que ejercía presión me consumen aún estando lejos de él.

No voy a ser hipócrita ni mentir como una dulce palomita. Nunca he estado con un hombre, esa es mi verdad más pura, pero si que me han tocado por encima de la ropa en muchas ocasiones, y hasta he intimado quizás en otras cosas, pero nunca nada fue parecido a esto, quiero decir, la sensación de que unas manos puedan ser tan poderosas que incluso sobre la ropa se sienta como si no hubiera nada interponiéndose.

Sí aquel beso de hace un año en aquella fiesta cuando estaba hasta la médula con sustancias en su sistema fue excitante, este ha sido una explosión de sensaciones que me llevarán sin duda a la perdición, porque no creo que pueda seguir con mi vida como si nada después de que nos besamos salvajemente y me tocó como si yo fuera su posesión más preciada.

¿Y qué decir de su hombría? No, que va, aún la boca me babea por los suelos. No pensé que el día de ayer terminaría tan extraordinariamente conmigo besándome descomunalmente con Damon y viéndole el miembro erecto después de haberlo hecho correrse sobre sus pantalones.

¡Estoy que no me lo creo!

Mi obsesión por él no era una locura como muchas veces intenté hacerme creer, todo esto es real, ya sé porqué no puedo sacarme de la cabeza a este hombre.

Besar a Charlie fue un plus para tentarlo, para hacerle ver que me gustaba el dulce sabor del juego con fuego, y verle la cara de enojado me encendió tanto que supe que había hecho lo correcto. Además, con aquello confirmaba volver a verlo pronto.

—¡No me lo puedo creer, Ava Amelia Walter! ¡Eres una perra empoderada!—grita Lindsay estupefacta.

Hoy era el último día de clases para salir de vacaciones por al menos dos semanas. Estábamos en el receso sentadas en la banca de siempre en la cancha de fútbol y les contaba todo lo ocurrido ayer, no solo con Damon, sino también sobre la cita con Charlie, que por cierto, debe estar flipando con aquel beso que le di.

En mi afán por picar a Damon, me pasé de lanza con meterle la lengua a Charlie y hacer como que lo había disfrutado. No es que Charlie no bese bueno, es un experto en la materia también, y me gusta, pero nada como el salvajismo y el placer que es Damon completito.

—Él fue el que me sorprendió en el baño...

—Ya me intuía yo que algo había pasado ahí cuando te vi salir toda sonrojada.—Comenta Emilia muerta de risa.—Charlie tan inocente...