Capítulo 28: Destrucción y perdición.

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AVA

Nuevamente en el instituto y en vez de sentirme cansada por volver a clases, me sentía nostálgica

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Nuevamente en el instituto y en vez de sentirme cansada por volver a clases, me sentía nostálgica. Era evidente que este era mi último semestre, mis últimos meses como colegiala, y pronto me marcharía a Nueva Jersey para cumplir mis sueños de estudiar en Princeton, claro, si es que me aceptaban primero.

La algarabía por volver a clases se sentía por todos lados. Los estudiantes del Royal solían ser amantes del instituto y sus clases, ya que de por sí no era cualquier colegio, sino el mejor de toda la zona, y de aquí salías rumbo a Harvard o Princeton sí o sí, así que solían esmerarse y tocaba enamorarse de los profesores y las clases porque de ello dependía el futuro.

La realidad es que no he pegado un ojo en toda la noche, porque mi cabeza no deja de pensar en hace dos días cuando estuve entre los brazos de Damon una vez más.

No puedo ocultar la euforia que recorre mi cuerpo al pensar en él, en saber que volví a entregarme a sus brazos, y que el placer que invade mi cuerpo cuando sus manos me tocan es impresionante. Estaba enojada con él, pero su insistencia al verme, me fascinó. Al parecer no soy la única que está loca por sus huesos, él también muestra interés por los míos.

—Ava...¡Ava!—levanto la mirada hacia Lindsay que me mira con una ceja enarcada—Déjame adivinar, andas soñando con el tamaño del pene de Damon, ¿cierto?

Mi risa resuena por todo el jardín del instituto.

—¡Lindsay!—la corrige Alma toda inocente.

—¿Me equivoco?—me dice ignorando a Alma que está como un tomate.

—Pues no, no te equivocas—me río—. Sí que estaba pensando en él, y en los momentos que hemos pasado juntos.

—Será en las folladas que se han metido los dos cada que se ven—aclara Lindsay haciendo que Alma vuelva a verla con desaprobación.

—Lindsay, por favor, voy a explotar de vergüenza con tus comentarios.

Lindsay la mira y se cruza de brazos.

—Lo que vas es a explotar de calentura primita, no me creas tonta, tú eres otra que se muere por revolcarse con el Trevor.

Cubro mi boca para no soltar una carcajada y Alma la mira alarmada.

—¡Claro que no!—se defiende

Lindsay rueda los ojos hacia ella.

—Almita, puedes ser muy inocente, pero es más que obvio que Trevor saca lo peor de ti. Nadie se salva de ser tentado por el diablo, y tu diablo es nada más y nada menos que Trevor Jenner.

Mi Devoción #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora