Mi Devoción #4

Capítulo 20: Camino al infierno.

Ava

Esperaba a Ellie en la recepción de la academia. Me había enviado mensaje hace cinco minutos diciéndome que ya estaba llegando.

Yo estaba contenta, pero también nerviosa, no quería que nada se saliera de control, quería que todo saliera bien y que Ellie no se percatara de nada de lo que estaba a punto de hacerle a su futuro. Nunca la he visto bailar antes, pero Damon y Jason dicen que es buenísima, y que este siempre ha sido su sueño, así que si yo puedo ayudar a que ella escale un poco para conseguirlo, haré mi mejor intento.

Sé que apenas nos conocemos, y quizás no seamos las mejores amigas, pero ha sido muy amable conmigo desde el principio, y saber que ella comparte el mismo sueño que mi madre es algo que me alegra mucho y me gustaría regalarle algo de felicidad, ya que sé que por sus propios medios se le puede hacer difícil.

—¿Esperas a alguien, Ava?—me pregunta Elena desde el mostrador.

Volteo hacia ella y asiento.

—Sí. Una amiga vendrá para un pequeño tour por la academia.

Elena me mira confundida.

—Pensé que aún no se habían abierto los cupos para permitir los tours privados.

—Es un caso especial, mi madre me permitió hacerlo.

Ella me sonríe.

—Claro—me responde mientras teclea en su ordenador—. Avísame si necesitan algo extra, estoy al servicio.

Le sonrío y escucho como el ascensor abre sus puertas y volteo hacia delante buscando a Ellie entre la multitud que sale del ascensor. Sonrío enorme cuando la veo caminar como alguien que parece que anda perdido. Su mirada anda por todos los rincones de arriba abajo como si no creyera en dónde está. Parece un pez fuera del agua.

La gente le pasa por el lado y ella ni se percata observando todo como si no fuera real.

—¡Ellie!—la llamo y ella levanta la mirada hacia delante mientras levanto la mano para que sepa dónde estoy.

Su sonrisa es aún mayor cuando se encamina hacia mí y me abraza muy contenta cuando llega a mi lado.

—Ay, Ava no me creo que estoy aquí. Este lugar es un sueño—comenta sonriéndome.

—Te he estado esperando. Yo también estoy emocionada porque conozcas todo—le sonrío y me acerco a Elena con Ellie—. Ella es Elena, esposa de uno de mis tíos políticos—se la presento a Ellie—. Elena, ella es Elizabeth Lacroix, una amiga muy especial.

Ellie y Elena se saludan ambas con una sonrisa en sus caras.

—Es un placer, Ellie. No sé qué hayas hecho, pero Ava te quiere. El hecho de que le haya pedido a su madre que si podía hacerte un tour por la academia sin costo alguno, es mucho decir de ella, ya que Ava no suele pedirle favores a su madre.

—Elena...—la miro divertida.

—¿Qué? Es la verdad. ¿Sabías que la muy terca no acepta trabajar por completo con su madre en la academia? Deberías aconsejarla.

Me río y Ellie me mira sorprendida.

—¿Por qué no, Ava? Trabajar con tu madre debería ser un sueño, y más aquí.