8. Doloroso recuerdo.

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Altagracia y león ya no tenían palabras para decir nada, después de tener sexo, solo estaban acostados sintiendo se culpables por qué por un momento fueron  felices.

Altagracia se sentó en la cama y mira triste a león.

León esto no debió ocurrir, tienes que irte por favor.

No me digas eso Altagracia ya no puedo estar lejos de ti.

Necesito que te vayas, esto ya no puede volver a pasar, tu tienes tu vida y yo no soy mujer para ti.

Lo dices por qué no soy un hombre el cual te pueda dar una posición en la sociedad.

Que poco me conoces, por eso te tienes que ir, y por favor ya no vuelvas esto no nos hace bien.

Carajo!! Me iré Altagracia, y ya no rogare por tu amor, entiendo que tú no sabes amar.

Sale león de la habitacion furioso, dejando a Altagracia con un gran vacío y soledad, pero solo pensaba que si el estaba cerca ella lo amaría tanto, que podría dejar atrás querer vengarse y eso no iba a dejar que pasara.

Altagracia mira el techo, con lagrimas corriendo por su cara, pensando en que esa noche había fue muy especial hasta que ella decidió arruinarla.

Y es ahí donde llegan los recuerdos de su hija, los recuerdos que todas las noches invaden su mente y no la dejan ni respirar.

Altagracia a raíz de la violación, queda embarazada, ella solo pensaba en que no podía amar a esa criatura y tenía miedo de en vez de amarla, la podría odiar, ella se enteró que era una niña y eso no le causó emoción, así que Altagracia dejo que pasarán los meses, al momento del parto ella no la quiso ver, decidió darla en adopción, a una pareja que ella conocía, eran buenas personas, a partir de ahí ella sería su hija llamada monica, pasaron los años, y cuando Mónica tenía 9 años sus padres le cuentan a Mónica que ella era adoptada, Mónica siempre tuvo curiosidad de quien era su madre, así que años después  se enfrenta a sus padres para que le contarán quien era su verdadera madre, a ellos no les quedó más remedio que contarle quien era, ella la busco y la encontró.

Hola señora Altagracia, perdón que venga a su empresa a verla y detenerla en el camino así.

¿Y tú quien eres? ¿Y por qué crees que puedes interrumpir?- en tono cortante.

Déjeme me presento soy Mónica cisneros.

Estás últimas palabras de esa niña retumbaban en la cabeza de altagracia

Mónica ya tenía 18 años y era casi una adulta.

Altagracia quedó en shock, casi se atraganta

Con lágrimas en su cara toma valor

Mónica perdón jamás pensé que que esto pasaría.

Nunca pensé que volvería a saber de ti, y no estoy lista para ninguna conversación contigo ahora

Mónica en tono cortante.- mire señora vine a estudiar a la capital,  si vine aquí a su empresa es por qué tenía curiosidad de quien era la mujer que me habia traído al mundo, pero ahora que la veo siento que no quiero tener nada que ver con usted.

Mónica, no te vayas por favor, vayamos a tomar un café. Yo.. ¡hablaré!

Bien, no tengo mucho tiempo tengo clase dentro de una hora.

Vayamos a la cafetería de la esquina.

Un profundo silencio cabe entre altagracia y Mónica cuando, y su hija decide romperlo.

Mi doña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora