28. Final.

99 8 5
                                    

Habían pasado diez meses desde que altagracia desapareció, león había entrado en una depresión esa mujer lo dejo en la nada el creía no poder vivir sin ella.

El día en el Altagracia se fue el hizo algo muy malo, el había matado a lucho, no le dijo nada a las autoridades de lucho  y menos de Altagracia, el estaba a punto de entregarlo, cuando su rabia creció y se convirtió en una bestia a la cual nadie podía parar, y acabo con la vida de lucho disparándole en la cabeza.

Ese mismo día decidió renunciar a la policía sabía que alguien como el no podía tener ese cargo, el no merecía estar ahí, se suponen que los policías creían en la justicia, pero el creyó en la justicia que podía tomar con sus propias manos.

En esos diez meses no sabía que hacer con su vida así que decidió partir sin rumbo. Estuvo en diferentes lugares hasta que llegó a un pueblo donde no había mucho alrededor, llegó a una tienda.

Buen día señor.

Buen día, usted parece nuevo por aquí, dígame en que le puedo ayudar.- contesta el anciano.

Si mucho gusto me llamo león, soy nuevo por aquí, estoy buscando un empleo, ¿usted sabrá de alguno?

Mucho gusto, soy Esteban para servirle, mire le daré un dato, en la hacienda "el amanecer" estaban necesitando personal, hable con el capataz, es un buen hombre dígale que va de parte mía que estoy seguro que le ayudará.

Tome mire en este papel está la dirección de como llegar.

Muchas gracias señor.

León va directo hasta la hacienda "el amanecer" cuando llega inmediatamente un grupo de hombres lo detienen, y llega el capataz.

Tranquilo hombres déjenme, hablo con el señor.

Mucho gusto soy Miguel el capataz de el amanecer, ¿dígame en que le podemos ayudar?

El señor Esteban me dijo que usted me podía ayudar, me dijo que estaba necesitando empleado, y estoy interesado.

Si claro que sí, pase adelante.

Miguel le hablo del trabajo que tenía que hacer, le dijo que no se preocupara que ahí a todos los empleados se les pagaba muy bien.

Me parece bien, si gustas podría empezar hoy mismo.

Si pero antes tenemos que ir con la jefa a firmar el contrato.

Me parece perfecto.

Vamos a su despacho, ella se encuentra trabajando ahí, y te advierto la dueña de esto es una mujer de armas tomar, es mejor que no te tomes confianza o estarás despedido inmediatamente, y otra cosa, a su hija solo se le acercan los miembros de su familia y su guardaespaldas, así que por favor ni a cinco metros de distancia al menos que este su mamá.

Y el esposo de tu jefa, ¿Por qué no dirige esto?

Es que ella no está casada, ella no tiene mucho tiempo aquí yo solo estoy trabajando aquí hace ocho meses está hacienda estaba en ruinas y la levanto sola, estaba embarazada supongo que el padre de su hija la habrá abandonado, por qué nunca se a mencionado nada de el.

Vamos es por aquí.

Altagracia se encontraba en su oficina, estaba cargando a su pequeña Angela, ella tenía ojos azules como los de su padre, y cabellos amarillos como los de angel, todo el tiempo se acordaba y se preguntaba si león hubiera estado feliz con su hija, pero no sé hacía ilusiones, había sufrido un montón para traerla al mundo para que león se la quitará eso no iba a pasar; estaba parada tras su escritorio con su bebé en brazos mirando unas fotos de sus papás cuando tocan la puerta.

Adelante.- dice Altagracia dando la espalda a Miguel, su capataz.

Entra Miguel haciendo pasar a león.- perdón jefa, disculpe que la interrumpa, pero necesito que el nuevo trabajador firme el contrato.

Altagracia voltea para ver quién era el trabajador.- y quedó en shock cuando vio aquellos ojos azules en los cuales se perdía hace mucho tiempo, y los que ahora llevaba su hija.

¡Altagracia!- león no podía creer lo que estaba viendo, estaba confundido.

¡León!- Altagracia con miedo deja a su bebé en su asiento de bebé que tiene en su escritorio y se sienta sin poder creer.

Miguel por favor dejanos solos.

Como diga doña.- Miguel se va.

¿Altagracia y esa niña?

No león, te advierto si vienes a arrestarme no me voy a dejar, voy a luchar así tenga que ser contigo, no dejaré a mi hija sola, ¡no está vez!

¿Tu hija?

Altagracia queda muda y después de una pausa, se atreve a hablar.

¿Así que no me estás persiguiendo?

Cómo por qué lo haría, tu hiciste lo que tenías que hacer y yo ya no te podía juzgar no tendría moral yo también hice lo peor.

León le cuenta todo lo que hizo y Altagracia estaba más tranquila después de saberlo, lamentaba que león se hubiera ensuciado las manos con ese pervertido, pero al menos no la metería a la cárcel.

¿Cómo me encontraste león?

Yo no te estaba buscando Altagracia, ya me había rendido, pensé que jamás te encontraría, vine aquí por trabajo.

¿Cuánto tiempo tiene tu hija?

Va a cumplir tres meses león, tengo que decirte algo.

Entra Regina a la habitación y grita con ternura.

¿dónde está mi Angela?- se percata de que león está ahí, y se queda callada.

Hola león, ¡perdon ya me voy!

¿Se llama Angela?- león se sienta llorando.

Si león, se llama así por su hermanito angel. Perdóname por no haberte dicho, yo tenía miedo de que me quitarás a mi hija por todo lo que te confesé ese dia, te juro que cuando me fui de tu lado no sabía que estaba embarazada.

Altagracia toma a la niña, y se la da a león.

Mira mi amor por fin tu papá llegó.- le susurra a la bebé.

León no podía creer que esa cosita tan pequeña fuera de el y del amor de su vida.

¿Altagracia tu me olvidaste?- pregunta con la pequeña en brazos que se ha quedado dormida con  su calor.

Jamás león, yo...¡te amo! Jamás te podré olvidar y perdon si te oculte esto tan grande solo que tenía miedo de perderla.

Te entiendo Altagracia y ahora no hay ningún pasado oculto, ahora los secretos son de los dos, y yo te amo Altagracia Sandoval y gracias por mi hija.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi doña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora