No soy tuya - Mía, tuya

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Cuando salí de la ducha vi que Pedro no estaba, escuché mi teléfono sonar, fui hacia el aún con la toalla por el cuerpo, cogí el móvil enseguida encontrándome con un mensaje de un número desconocido. Mi cara cambió enseguida.

"Estoy vivo Carla, no le digas nada a mi hermano".

Cuando lo leí me quedé sin palabras, lo primero que hice fue llamar a aquel número desconocido, el cuál me lo cogió y escuché su voz...

La voz de Fer.

·¿Estás con mi hermano?

·No, no está aquí. Pero... ¿Dónde estás? ¿Eres tú de verdad?

·Si, soy yo, soy Fer. Y de momento no te puedo decir donde estoy por mi seguridad, pero te lo diré pronto. ¿Cómo estáis vosotros, y mis padres?

·Joder tío, no me creo que seas tú de verdad. —Dije contenta— Tus padres están bien, al igual que tu hermano, tranquilo. Aunque él aún sigue decaído porque piensa que estas... ya sabes.

—Suspiró tristemente al saber cómo lo estaba pasando Pedro y habló— Pedro es así, ojalá y le pudieras decir que sigo aquí, pero tendremos que esperar un largo tiempo.

·¿Por qué? ¿No se lo podemos decir? —Pregunté extrañada—.

·A ver, en realidad lo que me pasó fue que yo estaba en casa solo, creo que mis padres estaban comprando o algo así y Pedro estaba haciendo ventas, entraron en casa y me secuestraron, luego de un par de días pude escaparme y ahora estoy hablando contigo en una habitación de hotel con una identidad falsa, con la que me llamo Marc Gómez.

·Joder, ¿Te hicieron algo?

·Que va, solo intentaron son sacarme donde guarda Pedro todo el dinero pero no consiguieron sacármelo. Intentaré dentro de un par de meses ir allí, pero nadie se puede enterar de esto Carla, nadie.

·Tranquilo, no lo contaré.

·Bien. ¿Y mi hermano, dónde está?

·Ni la menor idea, me he despertado he ido a ducharme y cuando he salido ya no estaba, y a sido cuando he visto tu mensaje. —De repente escuché como se empezaba a abrir la puerta de la habitación— Marc, te tengo que dejar, cuídate por favor.

Colgué el teléfono sin dejarle despedirse y me giré encontrándome a Pedro con unos pantalones de chándal cortos y una camiseta negra simple la cual se pegaba en sus brazos musculosos.

-¿Otra vez con el móvil? —Me preguntó nada más verme, lo cuál me puse nerviosa al saber que podría saber que le estaba escondiendo algo—.

-Si. Con Tiktok como siempre. —Disimulé lo máximo que pude—.

-Eres un caso aparte. —Comentó mientras se acercaba a mi para ponerme su mano en la espalda baja y darme un beso en la punta de la nariz—.

-¿Qué vas a hacer hoy? —Le pregunté cambiando de tema—.

-Pensaba quedarme contigo toda la tarde.

-Uhm, pensaba que tendrías que trabajar.

-Pues ya ves que no. ¿Te cambias y hacemos algo?

-¿Y por qué tengo que cambiarme para hacer lo que quiero hacer? —Le pregunté mientras me pegaba completamente a su pecho mientras que él me cogía por la cintura firme—.

-¿Y qué se supone qué quieres hacer? —Preguntó haciéndose el loco—.

-No quiero que me hagas el amor, quiero que me folles hasta romper la cama Pepi.

No soy tuya // Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora