D O C E

748 51 6
                                    

Capitulo 12 "dolor".

Es muy difícil resistir...

—por favor, no lo agas tan fuerte aún no sé cómo hacer esto—rogaba, mientras cubría su cara con una almohada.

La posición era más comprometedora que la anterior, levanté más sus caderas acomodando sus rodillas en el colchón

Observé su espalda, y ella seguía rogando.

—no lo are, la fuerza depende de mi.

—¿He Sido muy amable contigo al resistirme todo este tiempo sabes? Y ahora que te tengo aquí... nadie nos está viendo, no puede haber ninguna interrupción.

—no resistiré.

Entre de una vez por todas, nuevamente tome de sus caderas empujandome.

Antes me contuve mucho, trate de ser lo más cercano a un humano pero veo que no puedo hacerlo por mucho tiempo.

Tengo más fuerza que un humano normal y estoy dispuesto a usarla.

Arqueaba su espalda con cada embestida, gimiendo fuertemente rogando entre gemidos que parará.

No podía parar, no ahora.

Empecé a notar que la fuerza que utilizo no es suficiente. Necesito más que eso, pobrecita...

Tiene que satisfacer mis deseos, los deseos húmedos que he tenido desde hace mucho tiempo.

Al principio... trate de ocultar todo esto, quería que me viera como alguien normal cuando en realidad no lo soy.

Estoy disfrutando esto... todas esas fantasías con las que he soñado están volviéndose realidad, sus gemidos... son tan placenteros aún que la mayoría pueden ser de dolor.

No la culpo, es nueva en esto y yo también lo soy pero necesito más de lo que ella quiere, necesito más de ella.

Seguí empujandome asia su interior. Sus gemidos me hacen sentir tan bien que ignoro si está pasándolo mal o no.

Me contuve por un rato pero no puedo seguir así toda la noche o lo que resta de ella, no, si el dolor es la única manera de hacerle sentir cuan necesitado he estado... cuan necesitado he estado de ella...

De repente soltó un grito, el cual estaba tardando en llegar, fue cuando me detuve por un momento solo para ver cómo su sangre gotea y gotea.

Lo hice con demaciada fuerza, pero aún así seguí, seguí en lo mío y ella ya no se quejaba tanto. Hundió la cabeza en la almohada, permaneciendo callada por un momento.

Es muy estrecha y se que puede sentir perfectamente lo duro que está, de seguro también siente como palpita en su interior.

Tan solo pensar en eso me hacen tener más ganas de hacerle el amor otra vez, y así hasta cansarme.

Creo que luego de esto sabrá cuando querré algo suave o sencillo, o cuando quiero ser quien quien domine por completo a este conejito indefenso.

El conejo está siendo cazado y devorado por el lobo.

Ya hemos formalizado hace algunos días, quizás eso es lo que lo hace más incómodo para ella.

—yashiro, levanta bien tu cuerpo querida... ¿o quieres que lo aga yo?

Ahora su espada descansa en el colchón, algunas de sus lágrimas siguen frescas y dentro de sus ojos cristalinos.

—espero que no te moleste que lo aga así.

Tome de sus piernas posicionando sus tobillos sobre mis hombros, dejando el resto de sus piernas totalmente levantadas.

Otra vez sacudí demaciado su interior que volvió a sangrar, sus lágrimas y su expresión decían claramente cuan doloroso estaba siendo para ella.

Está totalmente desnuda frente a mi. Que maravilla, que buena vista.

Mi fuerza aumento bastante cuando empecé a sentir el climax, mi fuerza y la velocidad fue mucha que soltó un grito desgarrador con la última embestida de mi parte.

Ambos estábamos jadeantes y con la garganta seca ya que sus gemidos no eran los únicos ruidos que se escuchaban en la habitación.

Pero aún no termino.

La dejé descansar un rato, luego tome de su brazo derecho y encontré el lugar perfecto. El lugar perfecto para morder.

Su muñeca, abrí mi boca mostrándole los colmillos aproximando su muñeca asia la misma.

Mordí ligeramente con las ganas de morder nada más, sin intenciones de darle de mi veneno.

Sus lágrimas volvieron a salir, apretó sus ojos debido al dolor que estaba sintiendo.

Su cuello volvió a ser mordido por mi,  sus hombros y la clavícula, pase mi lengua por todo su abdomen, y empecé a succionar en algunos lugares como la cintura o más arriba.

Deje multiples marcas, luego fueron sus piernas, casi por su entrepierna deje un gran chupetón.

—¿Me dejarías tomar más de tu sangre? Sabes muy bien.

Ella asintió con miedo, por lo que volví a su cuello, no se por que pero me gusta más así, alimentarme de su exquisito cuello.

De su exquisito cuerpo.

He mordido muchas veces en ambos lados de su cuello, lami las heridas que le dejé ya que sangran mucho.

Note cuánto sueño tenía, sus ojos estaban entrecerrados y su respiración era regular.

Me asegure de no tomar tanto ya que esto podría cansarla más de lo que ya estaba.

Acomode su pequeño cuerpo cubriéndonos con unas sábanas más gruesas que las que estábamos usando, yo estaba boca arriba mirando asia el techo mientras que mi brazo derecho estaba rodeando el cuello de yashiro, la cual cayó dormida hace unos minutos.

Solo siento su mano sobre mi pecho, siento como me abraza.

Sus rodillas tocan mis piernas ya que las tiene flexionadas, mi sonrojo estaba bajando mucho.

En cuanto se durmió entrelace sus dedos con los míos, de la mano que descansaba en mi pecho.

Parpadeo un par de vez antes de que mi vista se nublara y perdiera la noción del tiempo, finalmente logré dormirme.

Necesitaba descansar, fue una noche muy agitada, no para mí sino para ella, siempre tendrá que estar lidiando con un vampiro.

Aún que no tengo problema en que me de algo de su atención siempre, quiero, y solamente quiero que sienta las mismas cosas que yo.

Está noche disfrute haciéndole daño, estuvo mal pero tampoco me arrepiento de ello, lo volvería a hacer de todos modos.

Mañana, o la siguiente semana.

Habrá días en los cuales un vampiro enamorado será dulce y amable con ella

Habrán días en los cuales tendrá que mantenerse quieta y obediente. Días en los cuales no habrá nada de gentileza con respecto al sexo.

Duerme, duerme muy bien, que duermas bien estos días por que quien sabe si lo vamos a hacer toda una noche, una noche entera.

—buenas noches.



Blood Candy +18|| hananene/amaneneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora