Blood Candy +18|| hananene/amanene

V E I N T I S I E T E

Capitulo 27 "de lo peor"

Estos díaz an Sido de los peores de mi vida, los ascos y los vómitos, no los aguanto.

Me siento muy mal, tengo hambre y a la vez asco, no siento ganas de levantarme, me veo cada vez peor.

Quizás dormir me aga bien, de todos modos mañana hay un evento en la academia el cual se llevará acabo por las siete u ocho de la mañana, así que mis náuseas serán mi nuevo despertador de ahora en adelante.

Termine levantándome a las cinco de la madrugada, y mientras veía algunos vídeos de madres primerizas sonó mi celular. Lo que me llevo a contentar de inmediato.

—se que tienes que ir a la academia, pero no quiero que vayas.

—¿Por qué?

—no me siento seguro de que te convenga ir, puede pasarte algo como lo de la semana pasada.

La semana pasada me caí por las escaleras y gracias a los cielos nadie supo de mi temprano embarazo.

—¿Cómo lo sabes?

—tengo ojos por todos lados, el punto es que es un gran evento y de todo puede pasar, te pido que te quedes en casa y yo iré por ti, claro, si tienes tu agenda libre iré.

—oh, no te preocupes, no tengo nada que hacer y me gustaría pasar tiempo contigo—saque una risita.

—si... Quiero pasar tiempo contigo, de alguna u otra forma quiero pasar el rato con ustedes, ya sabes a lo que me refiero.

—si, ya lo se—dije mientras acariciaba mi pequeña e innotable panza.

Colgamos y en unos treinta minutos llegó a por mi desde el balcón, no podíamos quedarnos en mi casa y salimos a algún otro lugar, llegamos a una montaña, no es grande ni pequeña, tiene un tamaño promedio pero desde arriba se ve todo.

El como los autos se mueven en las pequeñas calles, algunos camiones de cargas y mudanzas, cada vez está pequeña ciudad que ahora parece más un pueblo, se está quedando desolada.

Pronto, estaremos muy alejados del mundo, todos los avances nos los perderemos estando aquí, algunos ya se quieren ir a las grandes cuidades como Tokio.

Pero otros prefieren quedarse en el lugar en el que nacieron o en donde se an criado, por más peligroso que sea.

Ahora el me abraza, acurrucada en el  estoy, me cubre con su abrigo para que el viento no pegue tan fuerte.

Algunas hojas del otoño vuelan por las fuertes brisas que el frío clima a generado.

Pronto todo se va a cubrir de nueve, pronto la gente saldrá de la cuidad por vacaciones, van a visitar parientes o otro lugar, en cambio yo, pasaré la navidad con el amor de mi vida.

—frio invierno, sobre mi espalda lo siento, los pequeños copos sobre tu nariz caen. Pronto se derritiran.

—cabello blanco, a la nieve me recuerda, no te muevas tanto, no alcanzo las peinetas.

—ven y sonríe, que eso me alegra, no llores más las venditas lo sanaran.

—frio invierno, el tiempo se lo lleva, espera a que calme, las hojas verdes volverán.

—atardecer rojizo, a tus ojos me recuerda, no pierdas nunca tu brillo.

—frio invierno... A ti me recuerda, cabellos blancos a la nieve se parecen, en tus ojos rojizos veo el atardecer...

—frio invierno, nunca acabará, no te separes de mamá.

El me escuchaba con mucha atención, me encontré con su mirada perdida en mis labios por lo que peñisque su nariz.

—de las pocas veces que pasaba con mi mamá, me cantaba esta canción, ella mismo la compuso y me la cantaba en navidades, o en las pocas en las que estaba precente.

—tiene una bonita letra, llena de sentimiento por qué tal vez lo escribió cuando me amaba, quizás no todo el tiempo fui su peor error.

—en alguna parte de su corazón me quería de una u otra manera, así lo siento, y yo no la odio, solo no puedo perdonarla por todo lo que ha hecho.

—ha Sido duro, no tener a una persona que sepa lo que se siente, no puedo hablar sobre estás cosas con mi padre, siento que es algo incomodó más cuando casi nunca lo veo en casa.

—quizas mamá me aconsejaria con mi embarazo, quizás me enseñaría a como cuidar un bebé, pero ella me abandono desde el primer instante en el que me vio aún que siempre estuvo presente hasta cierto punto.

—por dentro, ella me odiaba pero nunca me lo a demostrado, hasta cierta edad yo no me daba cuenta, cuando eres niño no ves nada, pero cuando empezas a tener consciencia... Todo se te viene abajo.

—incluso tus padres te decepcionan, más cuando ellos eran tus ídolos y el ejemplo que quería seguir.

—lo último que recuerdo de su relación eran gritos y algunos golpes, sea mamá o papá, ambos siempre salían lastimados.

—no lo soportaba, pero aún así... Los odio a ambos pero los amo a la vez.

—no lo sé.

Algunas lágrimas empezaron a caer, el las limpio y nos levantamos del suelo, sostuvo de mis manos y me aferró a él.

—espero que con mi ayuda puedas superar esos episodios de tu vida, se que no se lindo cuando las personas que creías que te amaban simplemente ahora te ven como un estorbo.

—asi me sentía yo... Pero cuando empezamos a hablar y a salir... Me sentía amado y esperado por alguien.

—no quiero que el o ella viva estás experiencias y quiero amarte, amarte como un loco, quiero que nos vea felices y hacerlo feliz.

—¿De verdad quieres eso?—pregunte, por qué no quería llevarme solo promesas.

—si, quiero eso, y no me importa que tenga que hacer, sacrificaré al mundo por ti, no me importa.

—por favor no me dejes sola...

Me sostuvo de las mejillas.

—te juro que jamás te dejare, nunca más lo are, ya se que se siente estar sin ti y no lo quiero volver a sentir...

—besame por favor, nunca dejes de hacerlo.

Jugué con sus colmillos usando mi lengua cuando nuestros labios se unieron.

Y a la hora de separarnos, me acerco y me mordió.

—por ahora, no are esto, esto implica quitarte sangre y no quiero hacerlo, más en estas condiciones.

—si, ahora llévame a casa, me siento muy cansada.

—debo imaginarlo...—se arrodilló frente a mi y recostó su cabeza sobre mi estómago.

—es muy pronto para sentirlo dentro de ti, esperaré a ese momento.

—estoy muy feliz.

—ya lo sé... Ya lo sabemos.

Nota: el próximo capítulo saldrá el miércoles de esta semana, no podré publicar los dos capítulos seguidos por cuestiones personales.