D I E C I O C H O

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Capitulo 18 "malos tratos"

—se lo que eres, y se que ya no eres el mismo niño de antes—dijo levantándose y limpiándose las nariz ya que sangraba.

—soy adolescente, casi adulto, ¿O esperas vas verme de diez años?—ironizo.

—no se que fue lo que le hiciste a mi hija,—se que me mira pero me escondo en su brazo.

—pronto la llevaré lejos de aquí, ella no tiene por qué seguir aquí.

Cuando sentí que se movía con pasos asia el frente, lo detuve inmediatamente.

—no le agas nada...

El volteo a mirarme solo para encontrarse conmigo, pero tras el mi padre se acercó y metió su mano dentro de su bolsillo derecho.

—¡Cuidado!—lo aparte ya que mi padre portaba algo en su mano, es algo distinto a las esferas, el polvo por lo general es negro o morado.

Pero este es rojo, un rojo sangre, la esfera impacto en mi cabeza y el polvo rojo se empezó a expandir.

Sentí ardor en mi garganta, esa esfera no es una normal, no tendría por qué hacerme daño.

Empecé a toser muy fuerte, sentía como mi garganta se quema, gracias a ello se me dificultaba mucho respirar.

Lo ví tirado en el suelo, y a ambos nos subió a la cajuela, para esto yo ya estaba mejor, grite, grite mucho pero verlo así me dolió mucho.

Desmayado, ni siquiera sé si le duele, lo abrace, entre llantos y muchas lágrimas, algunas de ellas resbalaron por sus manos.

Lo abrace muy fuerte.

Cuando llegamos no era mi casa, por más que lo jale se lo llevó, me lo quito y mis piernas no responden, no las siento.

Uno de los empleados tapo mi cabeza con un saco, y me llevaron a donde sea menos a mi casa.

Me sentaron y me esposaron, no podía moverme, me quitaron el saco y lo primero que ví fue a mi padre sentado frente a mi, y junto a mi yace amane-kun.

Seguía desmayado.

—¿Que pretendes hacer?—me tiembla la voz.

El se levantó, camino un poco en círculos y volteo a mirarme.

—tu y el me van a ayudar mucho—rio—el mayor amo vampiro le dejo su poder ¿Ya lo sabes? ¿no?

Con miedo asiento.

—ya no puedo dejarte ir... Sé que mientras estés aquí el también lo estará, por qué es un loco enamorado—dice en tono burlesco.

—necesito probar más esferas, he creado muchas... ¿De que sirve tener solo un tipo? ¿de que sirve que solo mate a los más débiles?

—gracias a nosotros lon vampiros se extinguirán, no solo aquí, en todo el mundo, quiero un mundo nuevo, uno donde los vampiros no existan.

—y si eso implica utilizarte y usarlo a él también...

Chasqueo los dedos y sus empleados nos cargaron hasta una habitación, era grande y una sola cama, las paredes están hechas de metal, y de ventanas no hay, solo barras.

A él lo tiraron el el suelo una vez pasaron el interior, cuando me bajaron fui rápidamente a el, recosté su cabeza en mi regazo, por suerte aún respira.

—¡Malditos!—grite una vez cerraron la puerta.

Era una puerta como de bóveda, donde tienes que girar muchas veces para abrir y cerrar.

Tenía mucho miedo, no entendía muy bien a lo que se refería, no, no entendí ni una palabra de lo que dijo.

Con mis pocas fuerzas trate y trate de cargarlo para que descanse en la cama, se me dificultó mucho y en el transcurso de ello me lastime mucho.

Algunos moretones quedaron marcados tanto en brazos como piernas.

Pero finalmente logré acostarlo, suda mucho así que le desabotono la camisa, los tres primeros botones para que su cuerpo se refresque un poco.

Aún tengo el vestido del baile., solo que está roto de algunas costuras por el forcejeo.

—por favor... Despierta.

Acaricio su rostro con la esperanza de que esos ojos se abriesen, me duele verlo así, sin poder protegerse.

Creo que la última lágrima que cayo sobre su rostro hizo que reaccionara, empezó a abrir los ojos, me siento tan aliviada.

Lo abrace entre llantos, el no entiende nada así que solo me abraza, me abraza como si fuera la última vez.

—no llores—apenas salió una palabra de su boca antes de toser.

Escupió mucha sangre, yo solo podía darle palmaditas en la espalda.

—¿Que es este lugar?—jadeo.

Empezó a ver por los alrededores, luego me miro y yo me quedé callada.

—tengo miedo...

—no debí haber ido a esa fiesta... De lo contrario no hubiera pasado nada.

Cubrí mis ojos por qué otra vez empecé a llorar, y me culpo de todo.

Aparto mis puños de mis ojos, y me miro por lo que yo no tenía más que mirarlo también.

Sin decir nada, se acercó a mi, depósito un beso en mis labios, y se separó luego de unos segundos. Sus dedos limpiaron mis lágrimas.

—es mi padre... El... El...

—lo se, me busca, desde hace meses me busca pero nunca a logrado identificarme.

—pero por fin lo logro...

—no quiero que te aga daño...

—estoy seguro que... No me ara mucho daño.

—no se que quiere hacer, pero sea lo que sea no es algo malo...

Me aferre a su camisa, llorando en su pecho, tengo mucho miedo, más del que podía imaginar.

—estaremos bien, por ahora, solo hay que buscar la manera de poder salir de aquí.

Mientras jalaba de su camisa sentí algo sólido, resulta que tenía un bolsillo interno y en el estaba su celular.

—no servirá de mucho, la señal es una mierda.

Lo abrí y me dirigí directo a las llamadas, y tenía razón la señal es pésima y casi no llega, no llega la suficiente.

—las paredes se ven débiles, podría romper la pared de la "ventana" pero está hecho de titanio, me lastimaria mucho y no creo que lleguemos muy lejos, nos atraparían de nuevo.

—perdon pero tengo que hacer esto.

Me atrajo a el, y se dirigió directo a mi cuello.

—te are dormir hasta salir de aquí, pero me temo que tendré que quitarte mucha sangre.

No pude detenerlo, no me dejó pensar, solo senti sus dientes, yo no quiero dormir mientras el soluciona todo esto...

—no...

Se sentó en la cama, y como está estaba contra una pared la cual era la única de piedra me sostuvo en sus brazos y apoyo su espalda en la pared.

—tras está pared hay más metal, lo penso muy bien.

El estar cerca de el es algo que me calma mucho, ya no me siento tan triste por qué el miedo permanece aún.

Solo recuerdo su rostro mirándome, antes de caer en un sueño profundo, muy profundo.

—no te vayas...

Blood Candy +18|| hananene/amaneneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora