N U E V E

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Capitulo 09 "el baile de otoño"

—y recuerden muy bien, colores cálidos para el baile.—menciono el maestro.

—nada de bebidas alcohólicas.

Tener dieciocho es considerarte un adolescente.

—los quiero el diecisiete a las siete de la noche. Ustedes ya verán cuando deciden irse.

El timbre sonó y todos salimos, hoy no tomaré ningún vehículo hasta llegar a casa, quiero caminar y caminar, me tardaré horas pero necesito tomar aire.

Lo de hace tres días, no me lo he podido sacar de la cabeza; con delicadeza roce mis labios recordando sus besos y recordando la sinceridad con la que me los daba, no he tenido clases de ciencias esta semana... No he podido hablar con el y tampoco lo he visto durante el descanso.

Cuando salí me despedí de aoi, ella tomo su camino de vuelta a casa y yo el mío, y durante mucho tiempo que pase caminando de hizo de noche e iba por la orilla de la carretera.

No veo nada más que árboles y la carretera en si.

El diecisiete de octubre, se llevará acabo el baile de otoño, las chicas vestirán colores cálidos, naranjas rojos o amarillos, es una fecha más esperadas por muchos.

Por qué en cada estación hay un baile, excepto verano, nadie va a la escuela por qué son vacaciones.

Primavera, otoño e invierno.

Me gusta más invierno.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por algún sonido del bosque, como hojas secas crujiendo. Supuse que era alguna ardilla.

Seguí caminando y no veo nada, nada aún estoy muy lejos para ver si estoy cerca de mi casa o no.

—son exactamente las diez, ¿Que haces por aquí tan tarde?

No sé ni cómo, pero cuando parpadeo me encontraba en sus brazos, arriba de un árbol, el es muy rápido.

—¿Qué...-

—si creías que llegarías a tu casa pronto déjame decirte que está más lejos de lo que crees, si caminaras llegarías al día siguiente.

—ademas, ¿No crees que esto es lo menos inteligente que has hecho? No llegarás y pu-

El calló cuando lo abrace, el me levanto un como más ya que seguia en sus brazos.

—dejame llevarte a casa—dijo suspirando.

No demoramos mucho, y cuando estuvimos en mi balcón hablamos.

—¿Estás bien? No te he visto durante estos días...

—sobre eso...

Me sostuvo de la cintura, mirándome.

—lamento si no he venido a verte, he estado pensando mucho en esta pregunta.

—queria que sea de la mejor manera, he faltado para pensar en una pregunta.

—considero que eres la chica más bella que he visto, por más que no me mires, por más que te hayas olvidado de mí en algún momento... Nunca he dejado de quererte y de imaginarme que sería ser alguien especial para ti.

—no importa cuántas veces me ignores o si te hago enojar, te querré siempre, no me importa nada.

—veo muchas cosas en ti, me haces sentir raro, me haces sentir muchas cosas con tan solo verte, y no sabes cómo me gusta y me asusta a la vez.

De pronto, se arrodilló frente a mi, sosteniendo mi mano derecha.

—quiero bailar contigo bajo la luz de la luna del diecisiete, quiero llevarte a mi lado en el baile de otoño, quiero ser tu cita para ello.

—¿Dejarías que sea yo quien te lleve?

Beso mi mano, esperando mi respuesta la cual tenía que darle.

Lo levanté del suelo y me apresure a abrazarlo nunca antes me han pedido algo así por qué yo siempre he Sido de las chicas que bailan con su mejor amiga o las que simplemente no Iban y ya.

Pero esto está por cambiar justo ahora.

—quiero que seas tú quien me lleve—sostuve de sus mejillas mirándolo, y mirando sus labios.

Nos mantuvimos en silencio por un momento.

—quiero... Quiero besarte ahora—senti su respiración chocar con la mía.

Me acerque a el besándolo, con mucha intensidad. En el momento en el que nos separamos nos miramos a los ojos, y reímos.

—pasare por ti a las seis y treinta.

—okey—rei.

Nos dimos un beso pequeño antes de que yo entrara a mi habitación, me despedí de el y me di un baño antes de dormir.

Luego de eso prendí mi celular y con lo primero que me encontré fue con un mensaje suyo.

—puede sonar raro pero quiero que duermas bien, mañana estaré en la academia y quiero verte; no pienso decir más.

—que frío.

—lo siento, pero te quiero.

—yo igual, ¿Te parece si salimos luego de la escuela?

—me parece bien.

Pense mucho en esto, así que faltó dos días a la academia solamente para pedirme que fuera al baile con el... ¡Eso es muy tierno!

Alguien tocó mi puerta, fui a abrirla solo para encontrar a mi padre el cual entro en silencio.

—sientate, necesitamos hablar.

El trajo la silla que tengo frente al espejo, y yo me senté en mi cama cruzó sus brazos mirando al suelo luego me miro a los ojos.

—mira... Tu madre... Tu madre está en la cuidad y quiere verte.

En cuanto escuche eso sentí un escalofrío pasar por mi espalda.

—mañana faltas a la academia para pasar el día con ella.

—el hecho de que seas mi padre no justifica que sea tu muñeca, no puedes decirme que hacer solo por qué te pega la gana y ya.

—no quiero ver a esa mujer por qué no se merece que la llame madre.

—asi que olvidalo.

—¿Y crees que me gusta esto también?

—esa mujer no me da nada de confianza, ambos lo sabemos pero prefiero que te vayas con ella algún día y dejes está ciudad tan peligrosa.

—no me iré, no me importa lo que me digas..

—estas en peligro aqui.

—¡Nunca estaré asalvo! Por más que me escondas nunca lo estaré...

—pense que por ser mi padre y ser alguien que siempre cuido de mi me entenderías y respetarías mis desiciones.

El se levantó y cuando estuvo en la puerta solamente dijo algo relacionado con el baile de otoño.

—almenos toma lo que te daré para el vestido que usarás, tómalo como un regalo de mi parte, por no estar tan precente...

El salió y cerró la puerta, parpadeo para eliminar mis lágrimas, no me importa nada no me iré con esa mujer.

Tome mi celular y decidí llamar a amane-kun... Necesito alguien con quién hablar.

—lo siento, pero no sé a quién más acudir, ¿Podemos vernos? No quiero estar en mi casa.

El pronto estaría aquí así que solamente me vesti para cuando el llegará.





Blood Candy +18|| hananene/amaneneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora