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Auradon, el lugar de las oportunidades. La Isla de los Perdidos, lugar donde habitan los desterrados debido a sus crueles acciones.
La heredera de Agrabah, comienza una historia de amor con quién debería ser su más grande enem...
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Las porristas se encontraban en un balcón, observando a los jugadores practicar con espadas. Tras la partida de Ben como jugador, Jay había sido nombrado capitán del equipo. Pero les faltaba un jugador, no podían participar en campeonatos hasta que alguien más se una.
—¡Vamos chicos, a alinearse!— demandó Jay. Y topó la espalda de su amigo— Carlos ven conmigo, vamos.
—Si, está bien— contestó el platinado.
—Prepárense— los miembros del equipo se colocaron en dos filas— saludo— levantaron las espadas— bajen la punta, máscaras— todos se las colocaron correctamente— En guardia.
Al principio peleaban contra el contrincante que tenían en frente, despues el ex-villano ordenó que se movieran al centro del lugar, comenzando una batalla por quien quedaba en último lugar. Poco a poco iban saliendo, Chad, Carlos y Zaid. Holden y Jay se enfrentaban, pero el de pelo largo logró sacarlo, y justo en ese momento alguien más empezaba a pelear con él. Era bastante agil.
—Es tuyo, Jay— animó el hijo de Cruella a su amigo. El mencionado se quitó el casco, mostrando una expresión extrañada.
La desconocida persona tenía gran conocimiento en combate, era rápida y fuerte. También realizaba acrobacias, evitando que el descendiente de Jafar se quisiera acercar. Este le quitó su espada, comenzando ciertos abucheos de parte de sus amigos. Su espada fue devuelta, y el ganador reveló su identidad.
Era Lonnie, hija de Mulán.
—¡Es Loonie!— sonrió Jane. Comenzó a aplaudir, siendo seguida por Violette, Melody y Aisha.
—Nada mal— admitió Jay.
—Ponme en el equipo— pidió la hija Li Shang con una sonrisa, acercándose lentamente a la pareja de la morena, recibiendo una mirada de esta.
—¿Qué? no,no, no— negó Chad, interrumpiendo el momento— Seríamos el hazmerreír de la liga y ¿qué va a pasar después? ¿Chicas jugando tourney? Vamos chicos.
—No es que me interese jugarlo.. pero no me gustó ese comentario— se cruzó de brazos la pelinegra.
—¿Y qué?— se dirigió Jay al rubio al no estar de acuerdo, esto consiguió que la princesa de Agrabah sonriera. ¿Acaso él podía ser más perfecto?
—¿Y qué?— repitió el hijo de Cenicienta desconcertado— ¿y no leiste el reglamento?. Sección dos, párrafo tres, once diagonal cuatro: El equipo se compone de un capitán y ocho hombres. —restregó el príncipe.
—Si pero les falta un hombre, porque Ben tuvo que irse para cumplir como Rey— intentó convencerlos la muchacha.
—Exacto, nos falta un hombre— las palabras del ex-novio de Audrey hicieron rodar los ojos a las hijas de Rapunzel y Jasmine.
