Cap. 02. Llegando tarde

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El Cheshire rodó los ojos. —Ja, ja, que gracioso.

—¿El Hada Madrina lo sabe?— le preguntó la rubia, pero ella negó.

—Debes decirle— ordenó Zaid. —No puedes adoptar un gato sin que ella se entere.

—Bien, le diré mañana. —avisó. —Ahora, ¿se van a quedar.. o van a salir de mi habitación?.

—Nos quedamos— afirmó Holden. —Vinimos a ver una película contigo y es lo que haremos.

Los cuatro se acomodaron frente a la televisión de Aisha, Jay suspiró aún somnoliento, y se despidió de todos diciendo que iba a ir con Carlos a jugar un videojuego. Dejó un casto beso en los labios de su princesa, y varios en sus mejillas.

—Iuh— fingió estar asqueado el de pelo rizado. —Que no me moleste que sean novios no significa que se besen frente de mi.

Su "prima" sonrió divertida, dejando ella esta vez un beso sobre la mejilla del castaño. Jay acarició levemente al gatito, y se fue de ahí.

—¿Qué vamos a ver?.

—Una película de terror— contestó Holden, haciendo una sonrisa macabra en su rostro, e inmediatamente Melody y Violette negaron.

—Oh, sí— sonrieron los de Agrabah. Esto iba a ser divertido.




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Aisha despertó en su habitación, recordando inmediatamente la noche anterior.
El hijo del gato sonriente se la había pasado asustando a los demás, apareciendo repentinamente tras ellas, o solo mostrando su enorme sonrisa o su cabeza. Soltó una risa sin poder evitarlo.

Había querido hacer una pijamada con sus amigas, pero no era lo mismo sin Audrey. Ella estaba de vacaciones con Flora, Fauna y Primavera, la chica necesitaba despejarse de todo.

Se vistió con un vestido turquesa, pegado a su cuerpo, tenía un corte que dejaba una de sus piernas un poco más a la vista. El vestido era de mangas cortas y no tenía escote, lo combinó con unas zapatillas abiertas de cinco centímetros. Se hizo una trenza un poco suelta, se colocó dos grandes argollas y el collar que le había dado Jay varios meses atrás.

Tomó un bolso donde entró sus cuadernos, y a su pequeño felino, el cual le había puesto en nombre de Assim. Lo colocó en su cartera, sobre su estuche de lápices, por lo que este tenía la cabecita afuera, dejándolo respirar y ver el panorama.

PRINCESS OF AGRABAH| Jay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora