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Auradon, el lugar de las oportunidades. La Isla de los Perdidos, lugar donde habitan los desterrados debido a sus crueles acciones.
La heredera de Agrabah, comienza una historia de amor con quién debería ser su más grande enem...
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Los hijos de los villanos, se encontraban sentados en una mesa comiendo, apenas habían probado un bocado, se sentían completamente incómodos en ese lugar. Todos estaban cabizbajos, Jay no despegaba su mirada de sus manos, sentía como si hubiera hecho todo mal. Se sentía culpable de la frialdad con la que Aisha se había dirigido hacia él.
—¡Hola chicos!— Ben se acercó con alegría hacia ellos, intentando subirles los ánimos. —¿Cómo están todos?. Escuchen, olvidenlo, ¿si? no fue nada, en serio olvidenlo. —colocó sus manos sobre los hombros de su novia. —Después de la coronación les prometo que estarán bien.
Se retiró tras decir estas palabras. La princesa de Agrabah no había notado quienes estaban detrás de ella, sentados en una mesa bastante cercana. Se fijo en ese rudo chico, que usaba un saco rojo vino con mangas de cuero negro igual que sus pantalones. Él la atrapó observándolo, su mirada era triste y apagada, preocupando a la princesa, pero se volteo rápidamente, ignorando ese pequeño suceso.
—Escucha Evie quiero hablarte sobre hoy.
—¡Doug!— Lo llamo Chad.
—Es culpa mía Doug— susurró la villana.
—¡Doug!.
—¿Qué?— se volteó el mencionado recibiendo una mueca de obviedad.
—Doug— murmuró la chica.
—No puedo, lo siento— se disculpó sentándose en la mesa donde estaban sus compañeros.
—¿Cuánto crees que ella aguante aquí?— preguntó Audrey con malicia tras la pelimorada. —Mal le atrae por ser la chica mala.
—Si, él jamás convertirá a una villana en Reina. —continuó Jane, pegándose a su oído. Ambas soltaron carcajadas y se acercaron a sus amigos.
—Eso no estuvo bien, chicas— mencionó Violette, tenía su cabeza sobre el hombro de su novio.
—Se lo merece— se excuso Audrey.
—Chicas ya casi toca nuestro número. —aviso Melody.
Aisha rodó los ojos con pesar, no estaba de humor para cantar, pero habían ensayado junto a los efectos especiales de Zaid, tenían que presentarse si o si. De un momento a otro, el cabello de Jane volvió a ser como era, sumamente corto y lacio. Algunas chicas a su alrededor se burlaron de ella.
—¿Y por qué se burlan?— se dirigió a ellas la heredera de Agrabah, causando que las risas cesen. Lonnie inmediatamente tocó su cabello para ver si también había vuelto a lo que era.
—Tengo mucho más en mi libro— informó la hija de Maléfica.
—Disculpa, ¿quién te crees que eres?— cuestionó la hija del Rey Felipe.
