XVII

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[Jane]

Veíamos a unas chicas entrenando y joder, si que pegaban fuerte. Entramos más adentro del establecimiento y nos encontramos con el chico que momentos antes nos había salvado.

—¿Aprendiste a pelear aquí? —Le dijo Debs para hablar con él.

—No, en el reformatorio.

Joder, eso no me lo esperaba.

—Despues de que me violaran tres o cuatro veces decidí aprender. —Se recolocó y siguió peleando. Yo miraba a Debs en señal de ayuda, me parecía incómodo estar de sujeta velas.

—¿De verdad? —Pregunto Debbie ilusa ignorando mis miradas.

—No. —Debbie se rió como si fuese algo gracioso y yo decidí girarme para buscar algún profesor o algo para hacer alguna clase.

Vi a una mujer, más o menos veinteañera con una carpeta en sus brazos y me acerqué a ella.

—Hola. —Dije con una sonrisa.

—Hola guapa, ¿en qué puedo ayudarte? —Ella se percató de mi ojo. —Dios, ¿estás bien?

—Si, tranquila. ¿Me podrías decir cómo podemos apuntarnos mi amiga y yo? —Ella me sonrió al escuchar mis palabras y me pidió que la siguiera.

Llame a Debbie y está se separó del chico dándole un leve adiós y me acompañó. La joven nos llevó al mostrador que antes no había nadie y se puso a mirar algo en el ordenador.

—Tenemos una clase de prueba, para verificar si os queréis apuntar, que es completamente gratis y después para seguir serían... —Debbie no la dejo terminar.

—¿Y si no tenemos dinero para pagarlas?

—Podéis ayudar a entrenar a los nuevos cuando estéis más preparadas, de mientras podríais ayudarme a recoger las cosas al cerrar.

—Seria fantástico, gracias por vuestra ayuda. —Le sonreí. —¿Hace falta la firma de nuestros padres?

(...)

—Las chicas del gimnasio están en muy buena forma. —Le decía yo a mi padre. —Tardaremos varias semanas en estar así.

—Si queréis saber cómo aumentar la masa muscular, soy vuestro hombre. —Se enorgullecía mi padre.

—Por eso hemos venido a preguntarte, egocéntrico. —Me quejaba.

—Buenos días, Vero. —Dijo mi padre al ver a mi madre y ella me dio un beso en la cabeza y otro a Debbie.

—Nena, ponte hielo en ese ojo. —Me dijo mi madre. —¿No ibais a ir a unas clases de boxeo o yo que sé que?

—Sí, solo habíamos venido a dejar a Liam. Adiós jefes. —Les sonreí y Debbie y yo nos fuimos de allí.

Al salir mire el móvil por décima vez en el día.

—¿No te a hablado aún? —Decia Debbie viendo mi preocupación.

—No, no se que estará haciendo, no lo veo ni hablo con él desde ayer, que me enseñó su nuevo estilo. —Me decepcione y nos pusimos a andar para ir a boxeo.

Rato después de andar y mucho mirar el móvil llegamos y dejamos nuestras cosas en una taquilla. Rápidamente subimos donde estaban las demás chicas que daban la clase de prueba.

—Hola Jane y Debbie. —Nos decía la entrenadora que nos ayudó ayer. —¿Venís a la clase, no?

Asentimos y nos pidió que nos colocáramos por parejas con quien no conozcamos, yo me puse con una chica rubia muy guapa, no voy a mentir y Debbie con una morocha bajita.

Avec Toi ~ [Cᴀʀʟ Gᴀʟʟᴇɢʜᴇʀ] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora