Avec Toi ~ [Cᴀʀʟ Gᴀʟʟᴇɢʜᴇʀ] ✓

XIV

[Jane]

Tumbada en la cama de Taylor, escuchaba de fondo a Debbie contándonos sobre la fiesta a la que fue ayer con Fiona. Se notaba que se lo había pasado bien, también decía que se le acercó un hombre y Fiona le pegó un puñetazo.

—¿Jane? —Llamó Tay mi atención.

—¿Si?

—¿Que tal con don Gallagher? —Pregunto curiosa.

—Ayer estaban raros, se tiraban mucho la caña. —Confesó Debs y yo le tiré una mirada asesina.

—Pues la verdad, no lo sé. —Suspiré.

—¿Por qué? —Pregunto Tay confundida.

—Pues, como Debbie ya sabe, se lío con la zorra de Holly. —Taylor se sorprendió y hizo mueca de asco. Yo continúe hablando. —Y bueno, no os he contado que paso después. —Las dos me miraron curiosas. —Me dijo que me quedaba bien el nuevo look, no con esas palabras pero lo dijo. Y después... —Dejé la frase en el aire.

—¡Idiota! ¡Sigue!

—Él me besó, y cuando dejamos de besarnos me dejó tirada porque se iba con Holly.

—¡Será capullo! —Exclamó Tay.

—Dios, mi hermano tenía que ser.

—Pero, no pasa nada. Estoy bien. —Sonreí de lado.

—Haremos como que te creemos. —Debbie se molestó y empezó a mirar una revista.

—Bueno, hablemos de lo importante. ¿Que vas a hacer en tu cumpleaños, Jane? Ya casi estamos en Julio. —Cambió de tema Taylor.

—Yo he pensado de hacer una fiesta con un montón de gente y alcohol. —Exclamó Debs soltando la revista brucamente.

—No quiero hacer algo muy grande. Algo con la familia y vosotras y ya, no me hace falta mucho más. —Confesé yo y mis amigas me miraron con cara de querer matarme.

—Ni de coña, tienes que hacer algo chulo. Ya son 12.

Revolee los ojos y abracé un peluche de la cama de Taylor.

—No se chicas, no creo que...

—Está decidido, invitaremos a toda la clase. —Se emocionó Taylor.

Solo asentí y me reí con ellas, aunque no quería eso para mí cumpleaños, pero así lo querían ellas, y yo con que ellas estuvieran conmigo me daba igual quien estuviera de más.

(...)

Carl y yo paseábamos por la calle, bueno, paseaba yo, el iba sentado en la silla haciéndose el chulo.

Unas chicas le saludaban a él, no evite callarme la pregunta.

—¿Quiénes son esas zorras?

—Ni idea, tal vez alguna de las que me tiré ayer. —Seguí caminando a su lado, pero ahora, con una expresión de asco.

—¿Por qué juegas conmigo de esa forma? —Tampoco me callé esa.

—No juego contigo, tu me gustas. —Confesó.

—¿Y por qué te besas con otras? Literalmente tienes el cuello lleno de chupetones, Carl.

—Deja de hacerme preguntas. —Suspiré sonoramente. —¿Es porque te bese? ¿Ese es el problema?

Le pegué un puñetazo en el moflete y el se quejó.

—Deja de tratarme como cualquier otra chica que está obsesionada contigo. ¿Entendiste? —El asintió.