♥ 9 ♥

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- Hola ma.

- Hola mijita, ¿Cómo estás?

- Bien, mami – la emoción de haberlo visto de nuevo y de tener una manera para ayudar a Cristina, la llevo a decidirse por contarle – Paso algo muy raro.

- ¿Y eso? – pregunto muy interesada.

- Conocí a dos hombres super ricos.

- Ah – dice sin ánimo – y ¿ya conociste a algún chico lindo?

- Mamá – sabía a donde iba eso. Debió pensarlo al menos una vez más antes de haber abierto la boca.

- Eso si me emocionaría escuchar.

- Mamá.

- Conocer a un par de hombres ricos, no es raro, es normal. Estas en la ciudad, donde eso es posible y donde es más posible conocer a alguien interesante con quien compartas tu tiempo libre.

- ¿Terminaste?

- Lo siento sé que no te gusta escucharlo, pero soy tu madre y deseo lo mejor para ti – ¿lo mejor para ella?

- ¿Crees que conseguir un novio es lo mejor? Mamá esas son ideas del siglo pasado. Deséame que tenga éxito en mis estudios, que sea una mujer independiente y feliz. No necesito quien me diga que hacer, como vestirme, con quien puedo o no estar, quien controle mi vida. Mamá no necesitó una pareja, no quiero una pareja, déjalo ya, por favor.

- Valeria...

- No mamá, no tengo cabeza para discutir esto de nuevo. Hablamos después, adiós.

¿Cómo se atrevía a decir eso? Su vida no era la mejor y el causante de ello en parte era su padre. La había lastimado mucho. Podía jurar que estaría mejor sin él. ¿Por qué no comprendía que no quería eso para ella? Además, los hombres eran seres traicioneros, te utilizan y te dejan sin remordimientos.

Miro su reflejo en el espejo.

Tenía suerte de que no estuvieran en sus planes, excepto cuando su cuerpo lo pedía.

Mojo sus dedos y golpeo su frente con las yemas. El frío del agua le ayudo a relajar su mente. Guardo el teléfono en el bolsillo de la sudadera y salió del baño.

Este era su quinto día de trabajo en la tienda. La estaba pasando mejor de lo que esperaba. Todo gracias a David. Era encantador, amable y ponía temas entretenidos para pasar el tiempo. La mantenía distraía.

Su celular sonó, pero no quería hablar con nadie.

- Puede que sea importante – comento David, pinchando una papa.

Saco el celular y leyó el nombre del remitente. Le sorprendió ver el nombre de Gloria.

- Buenas tardes, doña Gloria, ¿Cómo van las vacaciones? – fingió alegría.

- Valeria, nos regresamos. Estaremos llegando alrededor de las 8.

- Pero... ¿Por qué? ¿Está todo bien? – hubo silencio al otro lado de la línea – Ok, no importa, estaré pendiente.

- Nos vemos – colgó.

Marco el número de Abel de inmediato.

- Tus tíos estarán de regreso en la noche.

- ¿Y qué con eso? – pregunto Susana.

- Doña Susana, hola, ¿Abel, está?

- Está castigado.

♥ Fue un Error Conocerte ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora