♥ 13 ♥

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Se observó de nuevo en el espejo. Morgan había hecho un gran trabajo. En realidad era una profesional. La mujer frente a ella le sonríe. Se veía linda. Sus rizos se habían ido. Sus ojos oscuros y labios sobresalían en su rostro.

Inhalo profundo. Tan solo era un poquito más alta. Los zapatos eran bastante cómodos. Ellas habían pensado en todo. Estaba segura de que no había una chica más dichosa en esos momentos en el mundo.

Miro sus manos. Los uñeros no estaban y las uñas estaban parejas y de un color similar al del vestido. Morgan le había prestado unos anillos, tan delicados que pasaban casi desapercibidos. Al igual que los aretes en sus orejas.

- Sorprendente lo que un poco de maquillaje y un cambio de ropa pueden hacer, ¿No crees? – asintió varias veces – no solo eres inteligente, también eres bella y no está mal verse bien.

- Gracias.

- Aún no lo agradezcas. Hazlo cuando tengas a ese hombre de rodillas. Cumpliendo tus deseos. Sabes muy bien a que me refiero – sonrió sonrojándose – Me siento tan bien de verte así. Ten – le ofreció un pequeño bolso – este en mi regalo para ti. Tiene lo necesario. Labial, loción desodorante y otras cositas más – arrugo la frente – espero que sudes mucho esta noche. Ese culo flacuchento que tienes, necesita un poco de acción.

- ¿Por qué supones que tendré sexo?

- Porque cuando yo era hombre, me hubiera gustado cogerme a una chica como tú. Y si ese tal Jackson Rodríguez tiene buen gusto, querrá quitarte el vestido con la boca – soltó una carcajada nerviosa. Estaba acalorada – Está bien, pero no le permitas que te lo arranque a lo maldita sea, recuerda que es prestado – le guiño el ojo – Feliz año nuevo, mamacita.

- Gracias. Feliz año nuevo también para ti – la abrazo y la acompaño a la salida donde las otras chicas esperaban.

Suspiro. Estaba muy emocionada. Espera impresionar a Jackson, tanto como ella lo estaba.

Pronto serían las ocho. Se sentó en el mueble paralelo a la ventana. Los minutos pasaron y vio salir a los vecinos del otro lado de la calle. Mato el tiempo pensado en las múltiples reacciones que podía tener Jackson y en lo que diría su madre y Abel de su apariencia. Tal vez su madre le dijera un "te lo dije" y Abel le diera un voto de confianza.

El teléfono sonó. Era Jackson.

- Hola.

- A fuera te espera Fidel, es mi chófer, te traerá a mi casa.

- ¿La cita será en tu casa?

¿Le presentaría a su familia? Negó. Eso era imposible. Pero la cita seria en su casa y conocer a su familia era muy probable. La idea de que la quisiera para algo más que sexo, la ilusiono y a la vez la aterro.

- ¿Eso te asusta? – mucho, solo quería sexo con Jackson Román. No quería enamorarse. El amor no era para ella. No termino bien la primera vez que lo intento y no quería volverlo a intentar.

- Creí que saldríamos por ahí y veríamos las luces.

- Y lo haremos – no dijo más nada. El silencio se hizo en la línea. ¿Por qué sentía que no le estaba diciendo todo?

- ¿No me estás mintiendo?

- Si crees que lo hago, siéntete en libertad de cancelar la cita.

¿Cancelarla? No podía hacer eso. ¿Qué le diría a Gloria, a Morgan y a su madre? Se habían esforzado mucho, las dos primeras, para que ella estuviera así de bella. ¿Y si Abel se enteraba? Sería una batalla perdida.

♥ Fue un Error Conocerte ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora