Capítulo 16

4.2K 485 54
                                    

<Cellbit>
Para cuando Roier recobró la conciencia ya me lo había llevado a recostar en la cama. Pasaban de las 7 pm y yo no había comido nada por estar cuidando de él ya que tenía signos de fiebre. Su temperatura corporal había aumentado y no dejaba de sudar frío.

Roier ¿estás despierto?

–¿Q-Qué pasó...?

–Te desmayaste. –Acerqué mi mano a sus cabellos dudando de si podía acariciarle para que se relajara un poco.– Has estado inconsciente más de 5 horas y al parecer tienes fiebre. Reporté que hoy no irías a trabajar y yo no pienso dejarte solo.

–¿Y Spreen? ¿Sí se fue?

–Sí, lo corriste antes de que te desmayaras. –Hice una mueca. Realmente no me agradaba que lo primero que Roier se acordara fuera de Spreen. Él no tenía cabida aquí ya.

–¿Recuerdas lo que hablaron?

–Un poco. –Él trato de recargarse en el respaldo y yo se lo impedí, no debía moverse aún pues estaba muy delicado.– Te confundió con su antiguo perro.

Yo no era su perro. –Fruncí el ceño, Roier se me quedó viendo fijamente.– Pero me conoce.

–¿Qué dices?...

Suspiré. Era momento de hacérselo saber.
Debía saber cómo empezaba nuestra historia si tarde o temprano tendría que elegir a alguno de los dos, porque yo sí tenía muy en claro que a Spreen no lo olvidaría fácilmente. Y si no se cansaba él, si continuaba visitándolo o buscándole por todos lados, Roier terminaría por ceder sin saber lo malo y estúpido que era eso.

Como mencioné antes, mucha gente me adoptó y corrió. La familia de Spreen fueron del primer caso. Ellos eran muy buena gente conmigo y con los demás animales que rescataban, porque yo no era el único en la casa.
La familia me apodó "Conde" porque para ellos yo tenía un porte elegante y protector.
Spreen era todo lo contrario a su familia no siendo agradable conmigo. Y no es que me maldijera o maltratara físicamente. Pero él ignoraba mi presencia cuando llegaba a ir a la casa, y solo la mía. Creo en ese tiempo aún era novio tuyo y tomando fechas en cuenta, fue un par de meses antes de la ruptura.
Cuando llegó el momento en que ustedes se separaron, Spreen había cambiado para peor. Era brusco y malhumorado, y obviamente yo le agarré coraje pues nada lo justificaba.
En ocasiones llegaba ebrio y acompañado de alguien diferente cada día, no eran solamente chicas porque según su padre solo mujeres era lo que iba a aceptar. Claro que cuando eran hombres, los llevaba a escondidas o con la excusa de un viejo amigo.
Así pasó el tiempo y en una ocasión me dejó entrar a su habitación. Él estaba en llamada mientras sostenía una fotografía en sus manos. Comenzó a rasgar ésta de las esquinas y yo me acerqué curioso por el ruido. Era una foto tuya.
Spreen la admiraba y parecía querer sonreír pero luego su ceño se fruncía y susurraba cosas como "ojalá no me afectaras tanto", "quiero olvidarte" y con el paso de los días se convirtió en un "te odio".
Supuse yo que tú eras el motivo del por qué se llevaba tan mal con sus padres. De por qué peleaban casi a diario. Y en mi mente dije: ¿cómo alguien tan bello sería culpable de ese mal genio y sus desgracias?
Él no te merecía, si tanto decía amarte ¿por qué a escondidas te aborrecía culpándote de lo mal que lo llevaba? No lo pude soportar y decidí salirme de esa casa. No tenía idea de dónde podría encontrarte pero seguí mi instinto y llegué hasta a ti.
En ese parque fui testigo de muchas noches viendo tu silueta, totalmente solo bajo el roble y llorando por alguien que no lo merecía. Nunca entendí por qué lo amabas tanto si no conocías ese lado que yo vi por mucho tiempo. Pero yo era tímido y no quería asustarte mientras te observaba tan atentamente. Cuidaba que nadie te molestara y solo te dejaras llevar en tus desahogos. Al menos podía sentirme parte de ello acompañándote en espíritu y dándote todo la razón.
Tú merecías algo mejor, siempre lo pensé. Pero me tomó bastante tiempo convencerme de que yo podía ser ese algo mejor y animarme a hacerte notar mi presencia.
Ese día que nos encontramos por primera vez, fui muy feliz. Te veía ocupado mientras repasabas tus planes pero tu rostro reflejaba finalmente tranquilidad. Había esperado en silencio que llegara ese momento en tu vida y rompí mi límite sin pensar.
Me notaste, y mi cometido estaba hecho. Juro que podía morir en paz si me recogías y me llevabas a tu hogar.
Y cuando me di cuenta que solo te hacía falta dinero, no lo volví a pensar y quise ayudarte. Quise protegerte, quise quedarme a tu lado como era realmente. Me volví humano una vez más por ti, Roier.”



Pd: Por favor, siéntanse libres de comentarme qué piensan hasta ahora de la historia 🙇 Si hay algo que deba cambiar, díganme o lloro. Ha llegado el momento en que mi cerebro se seca ajskjajs

¡¿Y MI MASCOTA?! | Guapodúo/CellboierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora