Capitulo 32

3K 338 53
                                    

Buscar un local comercial a buen precio no era fácil, y menos si lo querías ubicado en un sitio tan céntrico y accesible, pero a Cellbit no le importaba eso. Él deseaba un local cerca de grandes parques y lotes baldíos porque ahí suelen estar animales abandonados y sería más sencillo para nosotros (y seguidores) poder recogerlos. Y en caso de haber híbridos, en sitios como esos suelen ocultarse más para no llamar tanto la atención en caso de transformarse.
Cellbit ha estado emocionado desde que me contó su plan, y de eso han pasado 2 meses más.
La mudanza terminó hace unas semanas pero seguíamos con arreglos estéticos y sacando nuestras cosas de las cajas. Si queríamos seguir teniendo dinero para comer y decorar nuestra vivienda, debíamos trabajar nuevamente y por ello nos retrasamos bastante. Pero ya contábamos con un ahorro para comenzar con el sueño de Cellbit: un pequeño refugio para animales e híbridos.
Mandamos a diseñar un logo súper sencillo, imprimimos folletos y volantes para dar difusión local. Nos pasábamos día y noche pintando las paredes del sitio y moviendo mobiliario. Comprando botiquines de primeros auxilios, artículos de limpieza, accesorios para mascotas, algo de ropa y suficiente comida para unas semanas. No esperábamos tener un gran volumen de visitantes, pero era importante tener reservas.
Y lo único que nos preocupaba era que no teníamos un título de estudios o algo que nos respaldara en el rubro.

Pero un milagro ocurrió después de nuestro primer día de labores. Una persona se acercó muy interesada en trabajar como médico voluntaria y casualmente llevaba una cédula de profesión. Su nombre era Jaiden y tan pronto le aceptamos, nos alertó de varios animalitos en situación de abandono y desnutrición a los que había revisado antes, no muy lejos de nuestro refugio. Cellbit enseguida fue por unas transportadoras y emprendió marcha junto con Jaiden. Yo mientras prepararía los baños y artículos necesarios para su diagnóstico.

No fue hasta unos 30 minutos después que se acercaron dos niños. No medían más de 120 cm, tenían ropa polvosa y zapatitos desgastados. Miraban curiosos la fachada por tantas pinturas coloridas y yo cuidadosamente me acerqué a la puerta para abrirles e invitarlos a pasar. Me miraban temerosos, uno detrás del otro y casi a la defensiva. No fue hasta que de mi bolsillo saqué un par de caramelos que se acercaron tímidamente y yo sonreí para brindarles más confianza.
Los examiné sin querer, en sus extremidades tenían ligeras cortadas y moretones, uno de ellos tenía vendada la pierna y más me preocupé. Sin duda eran niños en situación de calle y si bien no era nuestra meta, no tenía el corazón para dejarlos a su suerte. Dejé que ingresaran al refugio, de inmediato preparé unas sillas y preparé bandejas con comida y unos pañuelos húmedos.
No parecían agresivos, eran muy pequeños aún pero que posiblemente podrían defenderse. Tenía la sospecha de que no hablaban, así que con señas y mostrando las cosas en mis manos comencé a atenderlos mientras ellos comían con rapidez. Con cuidado limpié sus rostros, manos y parte de sus piernas, coloqué una manta sobre sus hombros a cada uno al terminar y acaricié sus cabellos para que durmieran un poco hasta que Cellbit y Jaiden regresaran.
Él sin duda me miró sorprendido y Jaiden solo se dedicó a llevar a los animalitos recién recogidos a una mesa para seguir inspeccionándolos.

Llegaron hace poquito. –Dije en voz baja para no perturbarlos de su sueño.

Roier, no estoy en contra de ayudar a personas. Pero dos niños humanos es una situación complicada... Hay instituciones y trámites que realizar para el bienestar de ellos.

–Lo sé, lo sé. Pero no quiero abandonarlos en manos de gente que no les dará la suficiente atención.

–Nosotros tampoco podríamos, ambos trabajamos Roier. Y con este refugio será más pesado. ¿Y si llegan a lastimarles los animalitos? ¿Cómo responderás en un hospital si pasa algo grave? Además, ¿qué tal si tienen un reporte de búsqueda? Nos meteremos en problemas si no mandamos a avisar a la policía. –Cellbit trataba de no exaltarse y alzar la voz, Jaiden solo nos miraba desde una esquina.

No creo que hayan sido reportados como extraviados. Parecen tener mucho tiempo viviendo en la calle. Mira sus ropas, les queda grande...como si se hubieran vestido con lo primero que encontraron.

–¿Saben hablar al menos? –Me miró con seriedad.

No parece que sepan hablar. Me he comunicado con ellos a través de señas. –Comencé a acariciar al pequeño de cabellos rizados.

Será difícil saber si reconocen su hogar o sus padres. Mañana temprano veré todos los anuncios de búsqueda.

–¿Y si no tienen a nadie, Cellbit...? No quiero dejarlos solos con personas que no tendrán corazón para atenderles. La sociedad es cruel con los niños huérfanos.

–Y no lo dudo, pero no podemos quedarnos con ellos como si nada.

–Chicos... –Jaiden habló finalmente tratando de llamar nuestra atención. Ambos volteamos a mirarla y ella señaló a los niños.

Escamas. En los bracitos de cada uno comenzaron a salir escamas de colores.
Del primer niño eran escamas azules con tonos morados. Del segundo escamas verdes con amarillo. Miré enseguida a Cellbit y él estaba igual o más sorprendido que yo.

Ok, esto lo cambia todo.

Pd: No me funen por abrirles una herida *sobs*

¡¿Y MI MASCOTA?! | Guapodúo/CellboierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora