Capítulo 15

4.2K 453 76
                                    

Ok, no había vuelta atrás si yo cedía a esa petición. Cellbit parecía estar desesperado porque yo lo besara, porque en su rostro veía una mezcla de confusión y anhelo. Si todo lo que antes había dicho era cierto sobre su extraño gusto en mí, entonces no veía lo malo a dar comienzo a una relación.

Roier, si haces esto solo quiero que te fijes en mí de ahora en adelante.

¿Qué habría pasado al ceder finalmente a su petición? No lo sabía, porque nos vimos interrumpidos por el timbre de la puerta y Cellbit se separó de mí mientras gruñía y salía de la habitación.
Yo lo iba a seguir por detrás y tratar de sugerirle que no abriera, estábamos en algo que ya consideraba muy importante pero entonces lo vi pasmado en medio de la sala. Quieto, sin avanzar. De un segundo a otro cambió completamente su cuerpo al can y se posicionó detrás de mí, empujándome para que yo atendiera la puerta.
No estaba entendiendo nada como por qué ahora volvía el perro, el timbre desvió mi atención una vez más. Resignado y confuso, abrí la puerta.
Era Spreen quien estaba llamando, de pie bajo el marco de la puerta cargando una mochila en el hombro.

Roier...

–¿Q-Qué haces aquí?

–Los dejé, me alejé de mis padres. Por Dios, necesitaba verte de nuevo y entonces, estabas en el club todo hermoso y joder, te he extrañado demasiado. –Mi ex novio me atrapó entre sus brazos y hundió su rostro en mi hombro, no perdiendo ni un segundo para repartir besos en mi piel.
Entendía muchísimo menos lo que estaba pasando pero mi cuerpo no respondió.
Lucía exactamente igual a mi sueño, entonces no fue solamente producto de mi imaginación. Era un recuerdo, y Cellbit me había salvado de enfrentarlo ese día. Pero ahora, solo estaba convertido en perro mientras nos miraba a la defensiva. Era el momento perfecto para ayudarme, sacarme de este gran lío y él solo gruñía a unos pasos de nosotros.

Nada ha cambiado, me alegra mucho. –Spreen no dejaba de acariciar mi cintura y yo entre quejidos traté de empujarlo.– ¿Qué pasa?

–¿"Qué pasa"? ¿Qué no sabes que te fuiste hace más de un año? Te fuiste, me abandonaste y fuiste un mierda conmigo al no darme explicaciones.

–Pero regresé...–Para esto, Spreen cruzó miradas con Cellbit quien no se movía de su lugar. Apostaría a que estaba dispuesto a morderlo si llegaba a pasarse conmigo.– Tienes un perro, luce igual a uno que tuve hace tiempo.

–Spreen, por favor vete. No dudaré en decirle que te muerda.

–No, hablo en serio, luce exactamente igual. –Avanzó unos pasos para acercarse a Cellbit esta vez, y él solo buscó alejarse metiéndose a mi habitación.– Mira. Tiene una pequeña cicatriz cerca del ojo derecho, es el mismo perro.

¡Spreen! Por favor, vete. Esta no es tu casa ya, y yo no quiero hablar contigo.

–Tengo un mejor sitio que este, por favor, vente conmigo y retomemos lo nuestro.

–¡No! Ahora vete de aquí antes de que llame al portero a gritos.

Spreen negó con la cabeza y avanzó totalmente resignado hacia la puerta principal para luego echarme un rápido vistazo.

Roier, yo nunca te olvidé. Nunca empecé con alguien más porque sabía que volveríamos un día. –Mordió suavemente su labio inferior y mi corazón se achicó. Lo conocía tan bien que sabía estaba siendo muy sincero.– Prueba con llamarle "Conde", a ver si reacciona y nos saca de dudas. Nos vemos.

Dicho esto caminó por el corredor y bajó las escaleras perdiéndose finalmente de mi vista. Suspiré. Mis piernas comenzaron a temblar y cerré rápido la puerta para sostenerme en ella al recargar mi espalda. Tuve la valentía de enfrentarlo y todo salió mal. Yo que ya quería sacarlo totalmente de mi vida y el destino jugaba en mi contra para hacerlo volver.
No me lo iba a quitar fácilmente cuando confirmó que seguía viviendo aquí. Si era muy cercano a Forever, daría también con mi lugar de trabajo, y era un loco que lograría su cometido de hacernos volver tarde que temprano.
Un sollozo escapó de mis labios y Cellbit ya se acercaba cuidadosamente transformado en humano. Me tomó entre sus brazos en un suave agarre y rompí a llorar. Nuevamente sin palabras de por medio, solo dejó que me desahogara hasta la última lágrima mientras me llevaba al sofá para sentarnos.

Mi vista se nubló y no supe más de mí...

Pd: ahora sí viene lo chido 🤝

¡¿Y MI MASCOTA?! | Guapodúo/CellboierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora