Capítulo 9

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Los primeros días trabajando resultaron ser un poco pesados porque era acostumbrarse a un nuevo ambiente, nuevos compañeros y nuevo modo de operar. Pero poco a poco comenzábamos a agarrar ritmo y ser más productivos.
Hablando del ambiente, era muy bueno la verdad. Había personas de todas las edades, y nuestro grupito más cercano eran de edades parecidas a las nuestras. Yo era el más joven de momento.
Teníamos a Pac, un chico súper tranquilo de piel aperlada y cabello castaño. Con casi la misma complexión que yo.
Estaba Mike, su mejor amigo. Era más fácil recordarle puesto a que su personalidad era extrovertida, tenía el cabello de color fantasía y usaba anteojos.
También estaba Forever. Un chico alto al igual que Cellbit y que tenía pinta de ser el cabecilla del grupo. Era demasiado guapo y tenía buen cuerpo. Hasta él también parecía un modelo.
Habían más personas que conocer pero nos relacionábamos más con ellos puesto a que respetaban los sobrenombres y eran más divertidos. Y poco a poco nos íbamos conociendo más.
Hasta el momento sabíamos que Pac y Mike eran roomies también, y vivían cerca del almacén. Forever vivía solo y un poco más lejos, pero era muy fiestero y cuando no había trabajo, suele ir a clubes nocturnos, por lo que no pasaba mucho tiempo en casa. Nosotros dijimos ser roomies y que teníamos poco de conocernos.
Todos éramos solteros, y cuando tocamos el tema de relaciones, me limité a decir que tuve una pareja sin dar más detalles.
Para esto Cellbit me miraba muy fijamente.

-Dejen los chismes de lado y pónganse a trabajar. -Escuchamos a lo lejos la voz del líder de producción. Y agradecía internamente que nos interrumpiera.
Darte a conocer a gente nueva a veces era agotador, porque siempre resultaban curiosos sobre mi vida personal.

El último viernes de cada mes se trabajaba medio turno como recompensa, y además teníamos descanso sábado y domingo. Por lo que los chicos y yo acordamos a ir el sábado a una discoteca a divertirnos. Cellbit y yo dijimos que sí, aunque ninguno tuviera experiencia con el alcohol (ambos tocamos el tema alguna vez).
Entonces nos despedimos al salir del turno y acordamos en vernos ahí mismo para ir juntos.
Y como ya teníamos algo de dinero ahorrado para gastar, Cellbit y yo coincidimos en que una parte sería para comprar un conjunto nuevo y lo demás para salir con los chicos.

Adaptarse al turno de noche no fue tan complicado, aunque seguía siendo raro estar desayunando y ver en el reloj las 2 pm.
No tardamos mucho en comer así que a la media hora ya íbamos de salida al centro comercial. Cellbit parecía muy emocionado. Quizá en sus aventuras de perro vio el edificio solamente por fuera puesto a que no permitían mascotas. Era imposible no imaginarlo moviendo sus orejas y cola apenas entró al edificio y reí ante la idea.
El tiempo con Cellbit transcurría muy rápido pero era agradable. Podía considerarlo en definitiva un nuevo amigo para mí ya que conocía mis gustos y sabía leer mis expresiones. Así que no tenía que preguntar cada vez al salir del vestidor cómo lucía con una camisa y un pantalón de color muy diferente, mi cara lo decía todo. Era un asco su sentido de la moda.

-Cellbit, eres pésimo creando conjuntos. Mírate, pareces un prisionero. -Señalé esa absurda combinación de una camisa naranja y pantalón del mismo color junto con un cinto negro.

-¿Me quieres ayudar?

-Ush, está bien. Solo porque ya comienza a hacerse tarde.

Había pasado más de una hora sentado en el mismo sillón frente al vestidor que ya hasta se había hecho un hueco enorme. Con cansancio anduve entre muebles buscando algo que le quedara bien a Cellbit, y el outfit ideal apareció frente a mis ojos. Un maniquí vestía una camisa verde militar, una playera blanca de fondo y un pantalón negro, con accesorios como cadenas, reloj y pulseras. Y como detalle final, unas botas negras de senderismo. No era acorde al sitio al que iríamos pero sabía que este conjunto le quedaría muy bien. Así que motivado tomé las tallas que necesitaba y volví al vestidor para entregárselas.
No pasaron más de 5 minutos cuando finalmente Cellbit salió del vestidor, y recibió mi SÍ automático. Hasta mi corazón se había acelerado y tuve que morder mi propia lengua de solo verlo.
Demonios, se veía tan guapo.

-¿Y tú qué vestirás? -Preguntó.

-Tranquilo, tengo el conjunto ideal que me irá perfecto.


-¿Esto es lo que vas a usar?

-Por supuesto.

-Y dijiste que yo me veía pésimo.

-¿Apoco no me queda de "puta madre"? -Extendí mis brazos y di una vuelta en mi sitio haciendo lucir mis ropas. Nada le ganaba a un poderosísimo jersey de Spiderman completamente rojo, guantes y unos pantalones negros algo rotos. Tenis tipo converse y una bandana azul en el cabello. Y no podía faltar un delineado negro en los ojos haciéndolos resaltar.

Claro que me veía chingón.

-Vamos. -Lo agarré del brazo y lo arrastré a la salida de la casa.

Esta noche iba a ser divertida.

¡¿Y MI MASCOTA?! | Guapodúo/CellboierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora