Undici: Olvidar

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Lunes 19 de noviembre de 2018

Fiorella


― ¡¿Por qué no me llamaste?! Pude haber puesto a esa presumida en su lugar.

Termino de doblar la ropa y la acomodo en el clóset, mientras escucho los reproches de Cailin por no haberle avisado sobre mi altercado con Samadi en el baño. No les quise decir nada en el desayuno para no armar un escándalo. ―Y porque sabía que en cuanto volviéramos a la escuela, Cai buscaría a Samadi, entonces sí habría problemas ―. Y yo ya no quiero causar más revuelo.

―No hubiera cambiado nada.

―Le hubiera cambiado la cara en cuanto mi puño se encontrara con ella.

―Y hubieras terminado en detención.

Se encoje de hombros.

―Pero con tu honor defendido, y ella en la enfermería con la nariz sangrando.

Se gira sobre mi cama cuando yo salgo y tomo la maleta para guardarla en la parte de arriba del armario.

―Hablas como si fuera algo a lo que estás acostumbrada a hacer.

Ella suelta una risa escueta.

―No tienes ni idea.

Niego con la cabeza, y una vez que vuelvo a su lado, me dejo caer en la cama mirando hacia el techo. Junto mis manos sobre mi vientre, sintiendo todo arremolinarse dentro de mí como un huracán.

―Tengo algo que contarte ―confieso.

Le había contado lo ocurrido en el pasillo para que pudiera entender el motivo de la discusión en el baño. No tiene nada de relevancia el hecho de haber chocado, pero al contarle sobre nuestra plática en la clase, cómo terminó en él pidiéndome salir..., y yo aceptando. Ella sonríe con entusiasmo, y se acomoda más cerca de mí en la cama, esperando más detalles.

Aún no termino de comprender por qué le dije que sí a Beck. Estoy segura de que no tengo ningún interés romántico en él. No estoy colada como la mayor parte del sector femenino de la escuela. No considero que sus ojos azules me atraigan lo suficiente como para perderme en ellos. No imagino que algún día vaya a convertirme en la típica novia que va a sus partidos, usando una playera con su nombre y número. La clase de premio que él recibe al final de cada juego.

Pero algo me llevó a él. Y nada más me importó.

― ¡Le gustas! ―chilla emocionada.

―Por supuesto que no, Cai. ―Trato de no mirarla, pero sé que tengo su mirada acusadora justo sobre mí.

― ¿Entonces por qué aceptaste salir con él?

― ¡No lo sé! ―estallo sin poder evitarlo ― No tengo idea de por qué lo hice. Lo único que sentí en ese momento fue... liberación. ―Suelto un suspiro pesado, y paso mis manos por mi frente, como si eso me aclarara las ideas ―. No quería hacerlo, porque eso solo hará molestar a Samadi, y ya estoy hasta el cuello de problemas. ―Trago saliva con fuerza ―. Pero también..., quería elegir. Por una vez en la vida ser la dueña de mi destino. Porque estoy harta de que los demás tomen decisiones que no son suyas. Que tiren de mí como si fuera un títere. Acepté salir con él porque lo sentí como elegir por primera vez.

Cuando termino de hablar estoy completamente exasperada. Mi pecho sube y baja con rapidez, a la vez que siento una presión dentro de él. He expulsado todo lo que he venido guardando desde hace tiempo, y no me siento culpable por ello.

―Eres la única que tiene el poder de decidir qué es lo que pasa en tu vida. Quien entra y quién sale ―espeta con voz calmada y dulce. Yo me reconforto en sus ojos castaños ―. Solo tú eres la dueña de tu vida. Y si Beck es lo que quieres, si es el significado de libertad para ti..., entonces ve por él.

Massimo "Secretos Y Oscuridad". (Familia Peligrosa I) // NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora