Sábado 15 de diciembre de 2018
Fiorella
Termino de amarrar el cordón del traje de baño que me regaló Cai. El único inconveniente es que viene un poco reducido, lo cual no ayuda para nada a mi figura voluptuosa. Me gustaría no mirarme en el espejo más de lo normal, notando cada una de las imperfecciones en mí. Estrías se dibujan en los costados de mis caderas, bajando hasta la cicatriz que me ha dejado mi padre en mí cuando me empujó contra la mesa de la sala. Al darme la vuelta, alcanzo a ver de reojo las líneas en mi espalda causadas por los latigazos. Paso las puntas de mis dedos por lo alto de mi piel, sintiendo como se eriza al recordar cada uno de los golpes y gritos.
Solo una lágrima resbala por mi mejilla, y eso es suficiente para poder liberarme. Le sonrío a la chica frente al espejo quien trata de convencerme que está bien. Le digo que es hermosa, aún con esas pequeñas cosas que le hacen dudar de su valor.
Me doy un último vistazo, apreciando el color blanco contrarrestando con mi color de piel. No puedo dudar del buen gusto de mi amiga. Tomo un vestido tejido del mismo color y me calzo las sandalias. En una bolsa guardo el bloqueador y una toalla para poder secarme y no mojar el suelo cuando regrese a mi habitación.
Después de la mala noche que pasé, lo primero que se me vino a la mente fue que un buen baño en la piscina me vendrá bien. Normalmente no lo hago sola. Cailin se ha ido a la casa de Stella desde anoche, ―o al menos eso me contó Rosalía cuando la acompañé en el desayuno y le pregunté por mi amiga que aún no había bajado ―. Al principio se me hizo extraño que no me avisara nada, considerando que siempre que tengo ―o tenía ― citas con Beck, quiere ser la primera en saber los detalles. Aunque no estoy muy segura si quiero que se entere esta vez.
Cruzo el extenso jardín hasta llegar al área de la piscina techada. Por primera vez agradezco a la estabilidad económica de mi mejor amiga. No solo tiene una piscina en el jardín trasero de su casa. Si no que tiene un jacuzzi y otra piscina techada, la cual cuenta con calefacción, para los días como hoy, que hacen un poco de frío, pueda disfrutar de un rato en el agua. Los ojos de los guardias me siguen por todas partes, y a pesar de que sé que es su trabajo, no termino de acostumbrarme a ello. Hombres musculosos, con expresiones inescrutables que esconden detrás de unos lentes oscuros, y armados hasta los dientes... Definitivamente no entra en mi normalidad.
Una vez que dejo mis cosas acomodadas en una tumbona, ato mi cabello en una coleta y me meto al agua. Cierro los ojos y me sumerjo al fondo de la piscina, quedándome unos segundos ahí.
Un grito queda ahogado en el fondo de mi garganta cuando siento que algo me toma de la pierna y tira de mí hacia el fondo. Abro los ojos, pero no soy capaz de ver nada por las burbujas que obstruyen mi vista al manotear y tratar de alejar lo que sea que esté tirando de mí. Cuando por fin consigo salir a la superficie, toso con fuerza, sintiendo como mis pulmones tratan de rescatar todo el aire que pueden.
Mi expresión se vuelve furiosa, mientras junto todas mis fuerzas para no cometer un asesinato.
― ¡Pendejo! Casi me matas. ―Paso las manos por mi rostro, quitando el excedente de agua en mis ojos que empiezan a picar ―. Es que eres un inconsciente, no piensas en las consecuencias, solo quieres divertirte ¡Casi me da un infarto!
― ¿Ya te he dicho lo mucho que me gusta cuando me gritas en español? ―Massimo sonríe de forma traviesa hacia mí. No puedo dejar pasar la manera en la que su cabello húmedo se mueve cuando pasa las manos sobre él y las gotas caen sobre su rostro y más partes de su piel ― ¿Te comió la lengua el ratón?
― ¡Eres un idiota! ―vocifero una vez que salgo del trance en el que me tenía ―No sabía que estabas aquí.
―Yo tampoco, pero esta sorpresa me gusta.
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Massimo "Secretos Y Oscuridad". (Familia Peligrosa I) // NUEVA VERSIÓN
RomanceVersión corregida del libro original ya publicado. Fiorella Brown está sumergida en el infierno. Después de un trágico accidente, se ve obligada a estar bajo las órdenes de su padre y de su hermana, quienes se aprovechan de ella, convenciéndola de...