…
El de cabellos rosados había tomado una decisión. Para que la chica lo odié, debía hacerla sufrir ¿No?
Y eso haría.
Sus muy confiables informantes le notificaron que la castaña estaría fuera de servicio unos dias, asi que aprovechó.
—Buenas noches. —Habló entrando por la ventana.
La joven refregó sus ojos con pereza y miro el reloj; 12:01am. ¿Quien mierda la visitaba a esta hora?.
Todo rastro de enojo se fue al ver al de cabello rosa.
—¿Akaza-kun?
—Mhm.
—Veté —Se volvió a esconder entre la ropa de la cama.
La primera fase de el plan de el mayor había
Fallado.
—…¿Vete? —Repitió.
—Si. Vete, ¿Estas sordo? —El demonio se extrañó, y es qué, la castaña rara vez era tan... Agresiva.
—¿Que tienes?
—¿Yo? Hambre, ¿por que?
—Lo digo en serio Aiko.
—Tambien hablaba en serio cuando te dije “vete”.
—No, no lo hacías..
—¿Y tu que puedes saber? Desapareces de la mada, vuelves y me ignoras.
El pelirosa la abrazó.
—Sueltame. —Aunque la joven le dijera “Sueltame” no se movió de los brazos de el contrarió.
—Has que te suelte si tanto lo quieres.
—Maldicion Akaza.
—“Akaza-kun” —Corrigió.
—Vete a la mierda, “Akaza-kun”.
—¿Por qué estas tan agresiva?
—Claro. agresiva —El oji-amarillo apretó el abrazo y beso la cabeza de la menor —Perdón.
—¡No! ¡ya quítate! —La jóven lo empujó, ella no caería tan fácil.
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Weyweywey. En mi cabeza esta sonando:
“Si regresas por mi te lo juró”
“¡Te mato!”
“ Te quemó la ropa, el reloj los zapatos”
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