¿Bailas?

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-¿Cómo puede atraerme alguien tan necio?-Le preguntaba a Bianca después de darle un sorbo a mi café.

Últimamente en muchos de mis descansos Bianca se pasaba y cotilleamos mientras nos tomábamos algo.

Casi siempre sentía que solo la tenía a ella.

Solo ella me escuchaba.

Mi madre seguía órdenes de mi padrastro y eso ocupaba todo su tiempo y toda su atención.

A veces echaba de menos pasar tiempo con ella, contarle que Bianca tenía un nuevo novio o cualquier tontería mientras hacíamos juntas la cena.

Todo cambió cuando mi madre empezó a salir con Michael.

Al principio estaba feliz por ella, después de que mi padre falleciera, y mi hermano se fuera a la ciudad a trabajar, por fin tendría alguien más con quien compartir su tiempo.

Pero mi padrastro se mudó a casa, dejó de trabajar, y bueno... digamos que todo ya no era tan alegre.

-Amber-Me sacó de mis pensamientos la voz de Nolan, quien ese día se había apuntado para venir a mi descanso y hacerme compañía junto a mi mejor amiga.

-¿Qué?, perdón-Respondí mientras recogía las tazas ya vacías.

-Tú, Bianca, yo y la fiesta de la playa-Me repitió sonriente.

-No sé, ¿cuantas fiestas llevamos ya? Y aparte... no me apetece mucho verle la cara a Jayden-Respondí desanimada.

-Si lo estás...-Antes de que Bianca terminara esa frase, la frase que rebajaría mi orgullo por los suelos, hasta límites antinaturales, le metí un pastelito en la boca.

La pelinegra intentó hablar, pero lo único que consiguió fue llenar la mesa de migas.

Mientras limpiaba la mesa, Nolan se sinceró.

-Amber, no cualquiera lo ve, pero Bianca es tu mejor amiga y yo...-Se quedó pensando.

¿Era mi amigo?

Siempre habíamos sido Bianca y yo, pero Nolan...

En el colegio éramos inseparables, hasta que mi padrastro se mudó a mi casa y comencé a aislarme de todos y de todo.

Sin embargo, no había dejado de escribirme cada cierto tiempo un "¿Qué tal todo Amby?".

¿Y si esta era mi oportunidad? Empezar a ser "normal".

Salir más y conocer más gente, quizás no todos eran malas personas.

Nolan no lo era, ¿Por qué el resto sí tenía que serlo?

Era hora de arriesgarme, al fin y al cabo, si en la vida no te arriesgas nunca aciertas, y si no, te caes para aprender y ser más fuerte, ¿no?

-Amigos Nolan, amigos-Respondí segura.

Bianca y Nolan me dedicaron una sonrisa, una sonrisa que me proporcionó mucha confianza.

-¿Quedamos en el puerto para ir juntos a la fiesta?-Me animé.

Bianca chilló de emoción, llamando la atención de los de la cafetería.

-Nos vemos entonces-Terminó de hablar Bianca.

Ambos se despidieron de mí con un abrazo.

Ya eran las 8 pm, mi turno había terminado.

Cambié el cartel de "abierto" a "cerrado" y estuve limpiando un rato escuchando música.

No tenía prisa, en mi taquilla había un mono azul cielo esperándome.

Cuando empecé a trabajar en la cafetería, Bianca me metió dos vestidos y ese mono, puso como excusa que era para si " había una urgencia de moda".

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