Golpe de realidad

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Os dejo por aquí el capítulo extra que os prome💕

Me desperté, miré donde me encontraba algo aturdida y encendí mi teléfono.

Bianca me había mandado unos veinte mensajes.

"¿Dónde estás?"

"¿Acabas de montarte en el coche de Jayden?"

"Juro que te mato, Lion me acaba de decir que te has ido con él"

"No quiero sobrinos aún"

"Cualquier cosa me llamas"

"Que en dos minutos puedo estar allí y se entera"

"Lleva cuidado"

"Y recuerda que es un fantasma"

Reí al leer unos pocos menajes de los muchos que me había mandado, hasta que lo recordé.

¡Había dormido en la cama de Jayden!

De ese egocéntrico de ojos cafés hipnotizadores.

Intenté recordar algo, pero en mi cabeza aparecían cuatro imágenes, una de la fiesta, otra fuera de la fiesta, en un coche, y...

¿Por qué narices recordaba a Jayden en el otro lado de la cama?

No te ilusiones luego se fue.

Que alivio...

Sí, sí...

Justo en ese momento de caos, alguien tocó la puerta.

-¿Patosa?-preguntó la voz de Jayden al otro lado de la puerta.

-¿Idiota?-Respondí con voz borde.

Cuando me estaba levantando de la cama abrió la puerta de golpe.

-No te he dicho que pasaras-Me quejé.

-Ni yo te dije que podías quedarte en mi casa hasta tan tarde-

¿A qué se refería?

-Has dormido mucho, son ya las 17 pm-Me aclaró al ver mi cara de confusión.

-Tampoco quería quedarme más tiempo eh-Le recriminé.

Me lanzó a la cama los tacones que anoche había dejado tirados en su salón.

-¿Podrías darte prisa?, he quedado con Carla-Noté algo de nerviosismo en su voz.

Definitivamente era idiota, maldito niñato.

-¿Sigue siendo tu novia?-Pregunté sorprendida.

-Sé que soy muy guapo, pero, ¿tanto te gusto?-me respondió vacilante.

A este paso iba a gastar la palabra "idiota" o "egocéntrico".

-No, lo decía porque pronto podrá hasta correr con los toros en las fiestas del pueblo...con los cuernos que lleva...-

Le intenté molestar mientras salía de su habitación camino a la puerta principal.

-Qué le vamos a hacer, me gusta la fiesta-Se defendió mientras bajaba detrás de mí.

No pude evitar fijarme en el salón antes de llegar a la entrada.

Tenia sobre el sofá una manta y un cojín, pero no parecía haber dormido demasiado, ya que tenia la televisión encendida, y estaba puesto uno de los pocos canales que emiten de madrugada.

-Eso no quita que seas un...-Antes de finalizar la frase que tenía en mente me interrumpió terminándola él.

-Guapísimo chico-Sonrió por su estúpida ocurrencia.

-¿No sabías que la mejor respuesta para un tonto es estar en silencio?-De nuevo intenté molestarlo, mientras abría la puerta.

-¿Quién dice que lo sea?-Preguntó apoyándose en el marco y mirándome divertido.

-Tu solito, lo das a entender-Terminé la conversación y caminé hacia casa, cuando iba a doblar la manzana, seguía allí, mirándome.

Menuda nochecita...

Menudo dolor de cabeza.

Menuda resaquita querrás decir...

Cuando llegué al trabajo pasé antes por el almacén para cambiarme y peinarme un poco.

Me puse mi uniforme; unos vaqueros apretados de color blanco, una camiseta marrón claro con el logo de la cafetería y un delantal negro con un bolsillo, en el metía sobres de azúcar y una libreta para los pedidos.

-Tres cafés porfavor-Me pidió un chico que acababa de sentarse en una mesa libre al lado del ventanal, este iba acompañado de dos chicas.

-Enseguida-Le respondí sonriente y me dispuse a prepararlos.

Por suerte hoy mi turno no coincidía con el de mi jefa.

Siempre que trabajo cerca de ella acaba sacándo algún defecto sobre mi forma de hacer las cosas.

El otro día estaba atendiendo una mesa en la que solamente habían dos personas, me habían pedido apenas tres cosas y decidí no apuntarlo, ya que iba a prepararlas rápidamente.

Pero mi jefa no opinaba igual que yo, y comenzó a regañarme delante de los clientes, asegurándose de que estos nos escucharan.

Solo te quedan dos horas para el descanso...

En dos horas Nolan y Bianca vendrían a la cafetería para hacerme compañía en mi descanso.

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