Confundida

164 10 1
                                        



Amber

Idiota, ¿Cómo qué barista?

Será maleducado, no me arrepiento de haberle tirado el café encima esta mañana, ni mucho menos, volvería a hacerlo.

Ahora estaba sola, genial.

Tu primera fiesta, una maravilla de anécdota.

Gracias conciencia.

No quise ir a buscar a Bianca.

Tampoco fue necesario, la veía de lejos con John, un amigo de Jayden, pero al parecer menos prepotente que él.

Podría unirme a una conversación entre ellos, pero no estaban precisamente conversando.

Estaba algo sedienta, así que al cabo de un rato fui a por una bebida, casualidad o no, justo enfrente de las neveritas de los refrescos se encontraban Carla, Jayden, que aún se les notaba algo enfadados, y sus amigos.

Jayden me miró unos instantes y volvió la mirada a su amigo, que no conozco.

Algunos de sus amigos me sonaban de habérmelos cruzado por los pasillos en el instituto, pero otros muchos no tenía ni idea de quiénes eran, debía de ser estresante conocer a tanta gente o más bien que tanta gente te conociese, todos sabían o querían saber sobre tu vida, debía de ser agotador, pero por suerte era un problema al que no tenía que enfrentarme ya que siempre he sido bastante discreta en todos lados, no soy popular, suelo ser invisible y eso me encanta.

Me conoce quien me tiene que conocer, sabe de mi quien quiero que sepa de mi, en este caso Bianca, mi pilar, mi mejor amigo desde la infancia, la única persona en la que confío junto a mi hermano, claro.

De un momento a otro siento una mano en mi cintura, demasiado cerca de mi glúteo, asustada, me di media vuelta encontrándome a Noah, un gran idiota, como no, también amigo de Jayden.

No se le veía borracho en absoluto, de todas maneras él era un imbécil.

Era famoso en el instituto por que siempre hablaba de cuantas chicas se había tirado el fin de semana anterior, muchas chicas le trataban como un semental, como si fuese el más guapo del instituto, y haber, no era feo, y estaba algo fuerte, pero habían chicos mil veces más guapos en el instituto.

-Ni se te ocurra tocarme, me das asco, me dan arcadas solo de mirarte a la cara-Aseguré con un tono severo, aún que algo nervioso, quitándole la mano de mi cintura y mirándole directamente a los ojos.

No solía tener mucha fuerza de voluntad, y cuando la tenía lo hacía con miedo siempre, pero aún con mi bajo autoestima sabía marcar mis límites, y no permitir que idiotas como Noah me tocaran un solo pelo.

Ojalá este pensamiento se aplicara con mi padrastro.

Pero eso era otro tema, otro tema que dolía solo con rozarlo, y que no estaba lista de afrontarlo.

Pero él era Noah, un maldito engreído y podría insultarme y decirme cualquier barbaridad, pero nadie me ponía una mano encima sin mi consentimiento.

Al menos... fuera de casa.

-Vamos Maison enróllate-Me animó gritando mi apellido, apoyándose en el árbol que había a mi derecha.

¿Por que le interesaba yo?

Ningún chico me miraba con esas intenciones nunca.

Sin ningún motivo mi agobio me llevó a echarle una mirada a Jayden, pero él, ya posaba la suya en la situación.

-Vamos, ven aquí-Dijo enredándome con sus brazos y acercándome a él, forcejeó un rato y grité un no rotundo que él no pareció escuchar.

¿Por qué demonios tenía que pasarme esto a mí?

A mi, que no me metía con nadie y iba siempre a lo mío.

Es tu día de suerte chica.

¡No es el momento conciencia!

Cuando mis ojos se comenzaron a cristalizar por el agobio, noté una mano en mi abdomen, apartándome a un lado, unos pasos atrás de Noah.

-¿Has escuchado su no o hace falta que te lo repita yo?-Le pregunto Jayden en un tono muy serio y con la mandíbula prieta.

El chico soltó una carcajada, está bien, estaba un poco borracho.

Jayden se acercó a él intimidando.

No entiendo como Noah no se inmutó, le sacaba cuerpo y altura.

-Que tu novia sea una zorra y la aguantes para que su papi te dé becas no es mi culpa, si te gusta otra deja a Carla, pero a mí me dejas ligar como me da la gana, y con quien me dé la gana-Le susurro al oído, pero logré escucharlo al igual que Jayden.

Cuándo pestañeé asimilando la situación Noah ya estaba en el suelo y Jayden agitando su mano.

Menudo puñetazo... Apenas lo había dado y ya tenía los nudillos rosados y algomorados.

Jayden se acercó a Noah agachándose, yo intenté impedirlo agarrando su camiseta por detrás, pero fué en vano.

No somos Hulk precisamente...

-No te metas en mis asuntos, y déjala en paz-Abrí los ojos sorprendida.

-Y ten algo de respeto, ella tiene razón, das asco-Continuó hablando Jayden, esto último debió dolerle a Noah mucho más que el puñetazo.

A un chico puede no dolerle un golpe, un puñetazo, pero como toques su dignidad y su personalidad sueles romperlo por dentro, la mayor parte de veces.

El asco que sentía hacía Noah, en ese momento cambio radicalmente a uno de pena, al ver su cara magullada.

Carla solo suspiró mientras observaba la situación.

Jayden se fue a paso ligero.

¿Quería huir de la situación?, pensé mientras corría detrás de él.

Era idiota, muy idiota, pero también me había defendido.

Sí, y también es guapo, muy guapo...

Shh.

-Oye, lo siento, yo... no quería que te pelearas con tu amigo-Grité mientras me acercaba a él.

¿Se había enfadado conmigo?

Se paró de golpe.

-No me voy por estar enfadado contigo-Rió.

Le miré confusa.

¿Ahora también leía mentes?

-Necesito respirar para que esto no acabe peor-Siguió hablando y señaló a lo lejos, dónde se encontraba Noah.

-Nos vemos barista-Dijo mientras me miraba.

Sus ojos cafés me dejaron embobada por unos segundos.

-No me llames así-Me quejé volviendo a la realidad, pero ya estaba a suficiente distancia como para no escucharme.

¿Como se podía ser tan inmaduro y tan idiota, y malgastarlo con un chico tan atractivo?

Menudo desperdicio ehh...

Mi error favoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora