Dolores más que físicos

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Amber

Después del desayuno, cuando habíamos hablado sobre las actividades que habría en el torneo, comenzamos a prepararnos.

Todos habíamos quedado a las diez en el jardín, para comenzar a entrenar.

Apenas nos quedaban dos días para el torneo, debíamos ponernos a practicar las actividades lo antes posible.

Jayden y yo subimos a la habitación en silencio.
De pronto, mientras terminaba de sacar mi ropa de deporte de los cajones, Jayden comenzó a cambiarse, ahí mismo, delante de mis narices.

-¿Qué haces?—pregunté extrañada, como una maldita niña de cinco años.

-Cambiarse-Respondió con una sonrisa.

Cuando ya se había cambiado los pantalones, que los había sustituido por un bañador, comenzó a quitarse la camiseta.

Dios, a noche no podía creerlo, era realmente atractivo, músculos marcados, pero no exagerados, abdominales entrenados, no podía dejar de mirarlo, y eso cada vez me ponía más y más nerviosa.

-Pero, siempre te cambias en el baño, y me dejas aquí a mí-Dije insegura.

Porque así era siempre, él se metía al baño, se cambiaba, y yo hacía lo mismo, dándome prisa para que no saliera y me pillara semidesnuda.

-Si tú prefieres cambiarte en privado, lo entiendo. Adelante, no hay ningún inconveniente, pero después de lo de anoche, no hay centímetro de mi piel que no hayas visto-El calor subió hasta mis mejillas, haciendo que se sonrojaran.

-Eh... Yo-

-Te veo bajo, patosa-Se despidió y justo antes de abrir la puerta para marcharse, se dio media vuelta y dejó un dulce beso en mis labios.

Si no me desmayaba ahora, nunca más lo haría.
Este chico me gustaba demasiado, y eso me daba miedo.

Una vez lista, con mi coleta alta, y mi bikini puesto, tapado por ropa de deporte, bajé las escaleras hasta el jardín, donde todos se encontraban.

-Podrías haberte dado un poco de prisa-Se mofó de mi Valeria.

-Podrías cerrar el pico de vez en cuando-Saltó Bianca en mi defensa.

La notaba tensa, como si hubiera estado enfadada minutos antes, o hubiera discutido con alguien, la conocía muy bien, pero no era adivina, así que decidí que lo mejor era preguntarle más tarde.

-No chicos tiene razón, debería haberme dado más prisa-

-No, ni de coña, has llegado justo a las diez, has llegado perfecta —añadió Jayden.

Quién justo cuando crucé la puerta del jardín se había acercado a mí para colocar sus manos en mi cintura cariñosamente.

-Mejor empecemos con el entrenamiento-Habló Nolan, intentando cambiar de tema en vano.

-No, me da rabia que esta cualquiera llegue este verano, se haga amiguito de todos y ahora tengamos que hacer lo que ella diga-Alzó la voz Valeria, de manera impertinente.

-No, esa no era mi intención, de veras, yo...-Contesté incómoda ante su acusación.

-¿Qué cojones estás diciendo ahora, Valeria?-Alzó la voz esta vez Jayden.

-¡Que estoy harta Jayden!-Gritó, cosa que hizo que me estremeciera.

Odiaba que la gente me gritase, mi padrastro siempre lo hacía, y no me daba buenos recuerdos, porque esos gritos siempre me hacían terminar con un ojo morado, con una nueva cicatriz, o con muchos dolores al día siguiente.

-Vete con tu jodido padrastro borracho, y déjanos perra-Escupió Valeria.

No pude soportarlo más, y salí corriendo fuera de allí, siempre lo hacía, siempre huía.

Llorando como una idiota me escondí en el baño, mientras fuera se escuchaban ruidos.

De pronto la puerta del baño se abrió, pero no pensaba levantar la cabeza, no, no pensaba hacer eso.

Nunca lo hacía, siempre era la misma historia.
Él me gritaba, yo huía, me escondía, lloraba, y boom, golpe.

-Joder Amber...-Suspiró el chico que había entrado, mientras cerraba la puerta detrás de él.

-¿Jayden?-

-Max, Jayden... bueno da igual-

-No, ¿qué pasa con Jayden?-'Pregunté secándose las lágrimas.

-No sé si deberia contartelo...—suspiró Max, claramente dudoso. -Max, por favor-

-Está bien-Accedió sentándose a mi lado.

-Antes de que bajaras, Jayden y Valeria hablaron, Valeria le gusta Jayden y ya sabes que Jayden le gusta Valeria-

-¿Qué?-Dije con la voz rota y confusa.

-Sí, bueno, tú eras los celos, sabes-

-Pero...-

-Ellos se quieren, y Valeria le estaba pidiendo que te lo dijese ya, y que ellos comenzaran a salir de una vez, así que Jayden le ha dicho que te lo diría más tarde, pero Valeria quería hacerlo ya, sabes... Lo siento-.

Justo después de eso se levantó, abrió la puerta del baño, y se marchó.

Dejándome ahí, rota, rota como una desgraciada. Entonces alguien más entró en el baño.

Esta vez una chica.

Bianca.

Quien no dudo dos segundos en tirarse encima de mí, para abrazarme, mientras sollozaba tirada en el suelo.

-Duele mucho, Bianca-Dije entre sollozos con la voz rota.

-Lo siento, lo siento Amber-Me abrazó con fuerza.

-¿Yo no le gusto?-Pregunté cuándo conseguí dejar de llorar.

-No tengo nada claro, Amber, tienes que hablar con él-Comentó sentándose a mi lado.

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