Ni un madito roce

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                                Amber

Cuando Jayden me alcanzó dos chicas que acababan de entrar gritaron al unísono.

-¡Chicos!-

Una era rubia, y bastante alta, la otra tenía el pelo negro y pequeños rasgos asiáticos.

-Shelly-Dijo Antho sorprendido.

-¿Antho?-Preguntó sorprendida.

Eran novios en el instituto.

-Me ha costado reconocerte, estas... diferente-Comentó ella.

-Ya no llevo aparato bucal, hago ejercicio, supongo que he cambiado-Bromeo mi hermano.

Salió de la piscina y la saludó con un abrazo.

-Tú también estás cambiada-Admitió mientras la abrazaba.

Después de un rato de conversación decidieron
quedarse fuera hablando.

La rubia alta, Lea, al parecer es la hermana de Rayan.

Después de jugar varios partidos de vóleibol en la piscina, todos salimos.

Antho y Shelly salieron a dar una vuelta, y todos los demás, salvo Jayden y yo, entraron en la casa.

Jayden

Todos se fueron de la piscina a diferentes sitios, Amber y yo nos quedamos unos segundos más fuera con las toallas.

-Has hecho trampas-Me echó en cara, por haberle ganado en un partido de vóleibol.

-Acepta tu derrota-Le vacilé mientras andábamos hacia los sofás de al lado de la barbacoa.

-Qué pena que no hayas podido tomar el sol...-

Me reí de ella pensando en lo que había ocurrido antes. Cuando Nolan y yo la tiramos a la piscina.

-Muy gracioso, se nota lo fuerte que está Nolan, me ha levantado en segundos-Me intentó molestar.

Solté una carcajada.

-Con que podía gustarte eh... Me da que no le va ese rollo-Le intenté echar en cara.

-Sí, pero te puso nervioso que pudiera gustarme eh...-

No.

Sí.

Un poco.

Un poco bastante...

Se fue a sentar en la piedra de al lado de la parrilla de la barbacoa y la cogí rápido de la cintura antes de que se sentara.

-Torpe, Will ha apagado el fuego hace una hora, puede estar caliente, podrías haberte quemado-

-Han pasado más de un par de horas... Si lo que querías era cogerme de la cintura, dilo, pero ya sabes que tienes que hacer antes-Me recordó.

Aún no había cortado con Carla, no sabía como hacerlo, pero tenía claro que lo haría, o eso creía.

Se dio la vuelta, caminó y entró en la casa.

Maldita barista... La muy mocosa no me dejaba casi tocarla, a este paso me volvería loco.

Quedamos en no besarnos hasta que rompiera con Carla, pero no rozar su piel, ni un pelo durante mucho tiempo era pasarse.
No podía resistirme.

Joder, ¿Qué me pasaba?

Después de unos aperitivos y unas largas historias de John sobre el aprendizaje de la vida, volvió el chico que acompañaba a Amber esta mañana.

-Nos vamos, Amber-Le informó nada más entrar.

No iba a dejar que un tío cualquiera llevará a Amber, no conocía a ese tío de nada, y tampoco iba a dejar que se la intentara ligar, a Amber siempre la recojo yo cuando quedamos, y si no lo entiende, que se aguante.

-Pero me lo estoy pasando bien, más tarde me llevará alguien-Intentó convencerle.

-Déjate de tonterías, vamos Amby-Siguió insistiendo y le estiró del brazo.

-¿Y no puedes quedarte un rato con nosotros?-Se quejó.

Agarré el brazo del tal Anthony, el brazo con el que agarraba a Amber.

-Quiere quedarse, no irse contigo-Le dejé claro.

-Me da igual ella se va ahora-

Cuando pronunció esas palabras perdí los papeles.

Me dieron ganas de estamparle la cara contra el televisor, pero me trastocó lo que dijo a continuación.

-Soy su hermano mayor y es tarde, aparta tu mano de mi muñeca-

¿Su hermano?

¿Tenía un hermano?

Te la han colado.

Miré a Bianca confundido.

Ella sonrió como un angelito.

Bueno, al menos, ya no tenía que preocuparme.
Deje la mano unos segundos más y la quité.
Amber suspiró.

-Buenas noches, chicos-Nos sonrió y se fue andando con su hermano.

Esa noche pude dormir poco, pensando en cómo dejar a Carla, cuando y donde.

Era más complicado de lo que parecía.

Era lo que quería pero... ¿Era lo correcto?

Tenía que darme prisa, no quería perder a mí...
A la chica con la que por primera vez había sentido preocupación, deseo y nerviosismo al tenerla cerca.

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