Mi Superman

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Me desperté a las 8 am, no podía dormir más.

Bajé las escaleras despacio para no hacer ruido y fui hacia la cocina.
Tenía algo de sed, así que con cuidado saqué un brik de zumo de naranja y me eché un poco en un vaso.

-Buenos días-Dijo Jayden detrás de mí.

-Buenos días, idiota-Recalqué la última palabra, dado a lo que escribí ayer en el buscador de la televisión, justo antes de irme a dormir.

-Sí, muy graciosa patosa-Reaccionó sarcásticamente.

Aun estando de espaldas a él, pasó sus brazos alrededor de mi cintura, haciendo que mi espalda tocara su torso.

Se me escapó una pequeña sonrisa, me aparté para dejar el brik de nuevo en la nevera, y me di la vuelta para mirarle a la cara, apoyada en la encimera.

Bueno, me voy a mi casa-Me informó dirigiéndose a la puerta de la cocina, y dándome la espalda.

-¿Has quedado con Carla para hablar con ella?-Le bromeé.

-Ten paciencia barista-Me respondió un poco alto, ya que ya estaba en el salón camino a la entrada, sabiendo exactamente a lo que me refería.

Cuando me terminé el vaso de zumo, lo dejé en el lavaplatos y me dirigí a mi casa.

No pensaba entrar, ni mucho menos, odiaba ese lugar, pero quería ver que tal iba todo, aunque fuera desde el exterior.

Mi madre me seguía importando.

Y llegando encontré a mi hermano en la puerta.

¡Lo había olvidado! Iba a venir en verano.

Qué buena hermana.

La mejor.

Aja, aja...

-Antho-Le grité.

Él se dio la vuelta y corrió a abrazarme.

Me levanto un poco del suelo, dándome un abrazo de oso.

-Pensaba que estabas en casa-Me confesó.

-Estoy unos días en casa de Bianca-Le fui sincera, siempre lo era con él.

-¿Por qué?-Me preguntó acariciándome la cabeza como solía hacer.

-Mamá está todo el día fuera y bueno nuestro padrastro...-Comencé a explicarme, esta vez sin ser tan sincera.

-¿Padrastro?-Se sobresaltó con algo de enfado y decepción.

Fruncí el ceño algo confundida.

-Mamá no me ha contado que se había vuelto a casar...-

Mierda, no sabía nada.

-Solo salen, pero es un idiota-Admití, acabaría por darse cuenta igualmente.

-¿No te habrá hecho nada, no?, ¿no será el típico capullo?-Me acribilló a preguntas.

-A veces se pasa, pero siempre con insultos-Intenté restarle importancia, mintiendo de nuevo.

-¿A veces se pasa? Como os moleste a ti o a mamá...-Noté como se le tensaba la mandíbula.

-Mamá le aguanta, parece quererle, sigue con él después de como es, a veces siento que me ocultan algo-No podía evitar contárselo a mi hermano, era el único que podía entenderme de verdad.

-Voy a reservar un hotel, nos vamos unos días allí y desconectas, ya me contarás esto con más detalles-

Cuando terminó de hablar, nos montamos en un coche que había alquilado para el tiempo que se quedara, y fuimos hasta el hotel de enfrente de la playa, el único hotel del pueblo.

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