¿𝗰𝗼́𝗺𝗼 𝗵𝗮𝗴𝗼?| ˡᵘᶜᵃ ˡᵃⁿᵍᵒⁿⁱ

𝟨

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𝐉𝐮𝐚𝐧𝐚
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— ¿una cerveza me aceptas al menos? —pregunta Langoni poniéndose el pantalón.

— eso si. —me reí acomodando mi ropa.—, Que feo todo, mucho azúl y amarillo.

Luca suelta una risita y va hacía la heladera para agarrar dos birras, me pasa una y yo le sonreí. El chabón estaba en cuero y solo con el jogging puesto, la habíamos pasado bastante bien.

Nos recostamos en el sillón mientras tomábamos la cerveza, mi mirada va hacía su tatuaje julieta ¿quien será?

— ¿tenés novia? —le pregunté de una para después darle un trago a la cerveza.

— ¿ahora te preocupa que tenga novia? —ríe mirándome.—, Medio tarde hiciste la pregunta.

— puede ser. —asentí.—, Por tu tatuaje digo.

Langoni se mira el pecho y tira su cabeza hacia atrás mientras se reía, no le encontraba la gracia porque le estaba preguntando enserio.

— es el nombre de mi hermanita. —responde sonriendome.—, Y no tengo novia, si hubiera tenido dudo que estemos así.

— ¿me vas a decir que no sos infiel? —arqueo una ceja, ni él se la cree.

— no. —afirma.—, Si estoy soltero estoy con la que quiero, si quiero estar con una sola me pongo de novio, corta.

— los hombres nunca se conforman con una sola. —me río.

— ¿Acaso ustedes si? —contra ataca arqueando una ceja.

Sin responder vuelvo a tomar cerveza y Luca ríe, como estábamos recostados en el sillón. No tuve mejor idea que ir hacia él y subirme encima con cuidado, dejando mis piernas a los costados de su cadera.

— nosotras aprendimos de ustedes. —le agarré la carita y dejé un beso en sus labios.

Las manos de Luca bajaron hasta mi culo, dónde sentí cómo apretó con fuerza para después volver a besarme.

— tan chiquita y ya tenés ese pensamiento de que todos son iguales. —ríe dándome besos en el cuello.

— puede ser chiquita de edad pero no de cabeza. —lo miré sería.—, Tuve experiencias.

— ¿cuántos novios tuviste? —pregunta dejando caricias en mi muslo.

— uno, y no me interesa tener otro de nuevo, son una mierda. —suspiro mirándolo.—, ¿vos?

— dos. —sonríe.—, Pero aunque hayan sido malas experiencias no me cierro a conocer gente.

— yo si, no me interesa. —negué.—, ¿qué hora es?

— las tres. —dice mirando su celular.—, ¿te tenés que ir?

— si. —me salí de encima de él.—, Kala y Lía me están esperando.

Agarré mis zapatos y me puse, mientras Luca buscaba una remera para ponerse él. Me fijo mi celular y tenía mensajes de mis amigas diciendo que se estaban durmiendo, les puse que ya iba.