༼𝒥𝓊𝒶𝓃𝒶༽
las luces del boliche y la música retumbaban alrededor de mí, estaba bastante entonada y borracha ya. la mini pelea con Langoni me había puesto mal.
Lía bailaba cumbia con Barco mientras yo me hacia la boluda con el trago en manos, también me dejaba llevar por el ritmo de la música.
— voy al baño. —les aviso a mis amigos, ellos estaban en la suya.
camino hasta el baño mientras todo me daba vueltas, hice la fila y pude entrar. me subí la pollera y empecé a hacer pis mientras miraba el techo, dios que pedo tengo.
salgo y me lavo las manos mientras tenía a dos minas hablando como cotorras al lado mío.
— ay blda, que lindo 2pa2 tenemos. —le dice la rubia a la negra fea.
— Luca Langoni y Enzo Fernandez, quién lo hubiera dicho. —dice la negra y yo me quede quieta.
— ¿qué pasa con Langoni? —reaccione muy mal y de una.
ellas dos me quedaron mirando sin entender, pero a mí me agarró la loca muy rápido.
— ¿te conocemos? —me pregunta la rubia arqueando la ceja.—, me parece que no.
las mire por última vez y salí del baño con la idea de buscar a Langoni y a mi hermano, matarlos a los dos quería, ahora.
iba pasando entre la gente, pidiendo permiso, yo estaba apurada y ellos tan tranquilos. me choque con alguien sin querer claro, pero ese alguien me llevó contra la pared y no me dejo reaccionar.
— hola mi amor, tanto tiempo. —me encuentro con Tiago enfrente mio.
— soltame. —le digo tratando de safarme de él.
sentí como sus manos bajaron a mi cintura y veía las intenciones de que iban a seguir bajando, la puta madre.
— ¿me extrañaste? —pregunta sonriéndome, cínico.
— dale Tiago por favor, soltame. —le digo apunto de llorar.
— pero para mi amor, bailemos un poquito. —me lleva contra él y yo cerre los ojos dejando escapar lágrimas.—, ahora te vas a callar y vamos a ir afuera.
empezó a caminar conmigo hasta afuera, salimos y al sentir el aire en mi cara pareciera que todo el pedo que tenía se había esfumado. lo único que tenia ahora es pánico.
— hace dos años terminamos boludo ¿no podes superarme de una buena vez? —le dije enojada, empujándolo.—, ¿te pensas que te voy a tener miedo toda la vida? violento de mierda, cagon, sos un sorete.
— cuidado como me hablas, subi al auto. —me mira desafiante.
se iba acercar a mi, pero vi que el cuerpo de Enzo lo impidió, lo llevo contra la pared de afuera del boliche y empezó a pegarle piñas.
— ¡para! —agarre a mi hermano, tratando de sacarlo.—, ¡basta!
— Juana. —me agarra Langoni la cintura y me aleja de ellos.
