Petricor

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Olor que se produce al caer la lluvia en los suelos secos.

La lluvia continúa y el cielo es iluminado por un rayo lleno de energía.

La vista es espectacular pero el sonido espeluznante.

Me tenso un poco.


—Avery entra a la casa—dice Gael en voz baja

—Ven conmigo—digo tocando su rodilla—Gael estás empapado y llevas ya mucho tiempo aquí afuera, te vas a enfermar.

—No quiero tu lastima Avery—me dice en tono un poco molesto

—No te tengo lastima Gael—digo con un tono parecido al de él

—Tu lo dijiste—dice él en tono neutro



Se que lo dije, pero en ese momento estaba molesta con él, quería lastimarlo por el dolor que yo estaba sintiendo, además ya pasó mucho tiempo.



El poder de las palabras dichas es el más destructivo o reparador.



—Gael—digo tratando de llamar su atención.

—Avery no necesito ni quiero tu lastima, estoy listo para dejarte libre y busques aquello que desees y mereces

—Ya tengo lo que deseaba—digo buscando su mirada

—Entonces eres libre Avery, te he entregado a Damian y ahora por fin puedes marcharte


No trates de entender a los hombres—la voz de Kim me resuena en la cabeza como si fuera mi conciencia


—Gael—digo mientras tomo su cara entre mis manos.


El parece desorientado un momento y me mira con sus ojos llenos de oscuridad.

—Tu eres lo que siempre he deseado—Tomo con fuerza su rostro y lo beso.

E5l jadea de pronto como si hubiera estado conteniendo la respiración todo este tiempo.
Lo beso con todas las fuerzas que tengo, con todo el deseo que he guardado para él todo este tiempo.

Gael me toma con fuerza de la cintura y me coloca sobre él, con mis piernas en sus costados.

Su beso me sabe a tristeza, a recuerdos, a necesidad y redención.

Las manos de Gael son fuertes y las siento por cada espacio de mi espalda.

De pronto siento que voy a perder la cordura aqui, mientras sus manos me tocan con la ropa mojada de dulces y tormentosas gotas de lluvia. 

Gael tiene una forma muy peculiar de hacer que mi cuerpo se llene de energía, de hacer que mi cuerpo vibre con cada caricia de sus manos y beso de sus labios.

Este hombre de mirada intensa y sonrisa arrogante transpira epinefrina, y me estoy haciendo adicta a ella.

La lluvia me ha empapado tanto, que me siento desnuda en brazos de Gael.
Y eso me está haciendo perder la cabeza.



El petricor de la tierra mojada y el aroma de Gael están apunto de hacerme estallar.

—Gael—digo entre jadeos

Él muerde mi labio inferior y tira de el.
Por un momento no se que iba a decirle.


Sus cabellos están mojados y sus pomulos enrojecidos por el frio de la lluvia y la intensidad del beso.

—Gael—digo mientras trato de unir ideas

—Avery—dice el con voz ronca

No logro concentrarme del todo cuando escucho mi nombre en sus hermosos labios.

Balas Perdidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora