Paralización o disminución importante del ritmo de una actividad.
Destrucción o ruina.Siento que mis pies se han quedado pegados al mármol de las escaleras.
Unos pasos pesados empiezan a bajar por ellas.
—¿vaya, vaya...pero que es esto?—Dice un tono de voz perverso
Daniela de pronto choca contra mi espalda y se que el hombre la ha empujado contra mi.
Siento que en cualquier momento mis piernas se van a vencer y caeré al suelo.—A ver—dice jalandome del cabello para que me voltee
Ríe de una forma cruel.
—pero mira nada más lo que esconde Alarcón
Me recorre el cuerpo con una mirada lasiva y totalmente repugnante.
—aunque me gustan más tus ojos verdes—dice hablándole a Daniela.
Me suelta y pasa su asquerosa mano en mi pómulo.
—¡No la toques!— grita Daniela tratando de quitarme
Él hombre le da una bofetada tan fuerte que la tira al suelo, mientras ella trata de agarrarse del barandal de las escaleras.
—¡Danny!—grito y me inclino hacia ella pero el tipo jala de mis cabellos de nuevo
—¿Quien de las dos es la hija de Alarcón?—dice casi escupiendome en la cara
Veo que Daniela se va a levantar
—¡yo, yo soy!—digo de inmediato.
El hombre parece dudar.
Veo una figura atrás en el pasillo de arriba, con dos tipos nos será imposible salir de aquí ilesas.
Pero de pronto...
Un disparo
Ruedo por las escaleras, con el peso de este hombre y siento que me quedo sin aire en los pulmones.
Mis costillas duelen y no puedo respirar, mis pulmones arden al querer tomar oxígeno.
Alexis baja en seguida y me lo quita de encima.
—¡señorita!
Daniela corre hacia mi
—Avery ¿Estás bien?— dice con los ojos Cristalizados
—si—contesto aturdida
—vamonos—dice Alexis cortando cartucho
Le disparó al hombre en la cabeza y su sangre mancho mi ropa.
Las manos me tiemblan y no puedo respirar bien, pero seguimos a Alexis hasta el jardín trasero de la casa.
Y en este momento me preguntó donde diablos están todos los vaqueros que cuidaban la mansión, y dónde demonios está Braulio.
—Todavía hay un hombre en la casa, tengo que encargarme de él, para que no las persiga, ustedes corran hacia los cafetales, él señor Rossier estara por llegar—dice Alexis y se marcha
Daniela y yo atravesamos la piscina a paso apresurado, somos un manojo de nervios y justo cuando estamos por llegar al último punto para salir del jardín rumbo al camino de los escalones que llevan a los cafetales, un hombre sale cortando el camino y apuntando con un arma .
Me paro en seco.
—¿ya se van?— pregunta en tono burlón
Siento que ya he visto a este hombre pero mi cerebro ahorita no está funcionando.
Daniela mete la mano en la bolsa de la sudadera que trae.

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Balas Perdidas
RomancePodría decir que estoy arrepentida, porque no se si es lo más estúpido o lo más valiente que he hecho en mi vida. Pero en realidad no es lo que siento. En este preciso momento que me sostiene una hebra desgastada, de la cuerda floja en la que se co...