Arrebol

53 4 0
                                        

Color rojo de las nubes iluminadas por los rayos del sol.

Es impresionante, como algo tan pequeño te puede hacer sentir tan grande.

Unos piecitos pequeños se mueven, mientras deditos delicados y tiernos se aprietan en puño.

Es hermoso, sus pestañas espesas se marcan es sus pequeños ojitos, sus labios rosados hacen pucheros,
Su piel es blanca, delicada y tersa, tiene pequeñas manchitas rojas en su carita, que me recuerdan al arrebol de cielo en calma.

Este pequeño, nos trasmite la paz que tenemos cuando vemos el cielo destellante con matices rojizos tras una tarde soleada.

Damian, Kim y yo, no hemos podido despegarnos del cristal, dónde se encuentra este nuevo integrante de la familia.

Ha nacido antes, ya tenía mucha prisa por conocernos, así que está en la incubadora hasta que los doctores se aseguren que todo está bien.

Pero luce sano y fuerte.

Alberto e Irina están con Daniela y Arturo.

Daniela está más hermosa que nunca, luce un brillo especial en sus ojos verdes, Arturo está más feliz de lo que lo había visto nunca.

Todos te amamos pequeño

Veo la pequeña pulsera de papel que lleva en su delicada manita.

Siento algo en mi pecho es alegría combinada con tristeza.

Arturo Gael Rossier Alarcón

Dónde sea que Gael se encuentre, se que debe estar amando tambien a esta cosita hermosa.

******


—Felicidades mi amor—le dice Irina a Arturo mientras toma su rostro en sus manos

La nueva mamá ya está en su casa de California, cargando a lo que ha anhelado todos estos meses.

Damian ha regresado a Napa, porque Kilyan está en la casa de los cedros y al parecer según él sería descortés dejarlo solo.

Ajam...

Hemos estado algunos días aquí pero hoy regresaremos también Kim y yo, con Irina y Alberto.

—Arturo—dice Alberto

Sale de la habitación y Arturo lo sigue.

—¿quieres cargarlo?— le dice Danny a Kim

Silencio


—Av!

Reacciono

¡Es a mi!

—Amo a esos 4 kilos de ternura, pero es que creo que es muy pequeño Danny—digo riendo

—no seas miedosa, anda ven, es hora de que también vea tu rostro, lo único que sabe de ti es que lo hacías correr por los cafetales

Sonrío pero siento la nostalgia

Me acercó y me acomodo cerca de ella.

Ella estira al pequeño bebé con mucho cuidado y delicadeza.

Lo coloca sobre mis brazos abiertos.
Las manos me sudan y mi corazón late muy fuerte.

Hace mucho que no sentía este nerviosismo de emociones perfectas.
El pequeño está entre despierto y dormido, hace pucheros y se mueve perezosamente.

Abre su ojitos y tras largas pestañas se ven los ojos más verdes que he visto en mi vida, son hermosos.

Él sonríe y vuelve a cerrarlos mientras lo abrazo a mi pecho.



Balas Perdidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora