CAPÍTULO 4

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―¿Es mi idea, Erick, o tío Eren no ha envejecido nada?

―Sigue con la misma cara de amargado.

―Voy a patearles el culo, par de mocosos insolentes.

Los dos chicos frente a Eren se miraron con sonrisas cómplices y Ethan sintió que no fue buena idea juntarlos todavía, no cuándo su papá lucía todo mareado y nervioso, casi ido por sus palabras dichas horas atrás.

Ethan no recordaba haberlo visto nunca antes así.

Su papá quitó la carne congelada que sostenía contra su mejilla hinchada, suspirando.

―Ethan ―preguntó con tono cuidadoso―, ¿estás usando protección?

Se atoró con su propia saliva ante las palabras de Eren, mientras Falco rompía a reír de forma desquiciada. Erick parecía querer desaparecer de allí.

―¡¿De qué mierda estás hablando?! ―preguntó, incrédulo.

Eren señaló hacia Erick.

―Mocoso uno huele a ti ―contestó, como si eso lo explicara todo.

―Y a Falco ―agregó Ethan―. No puedo creer que estemos hablando de esto. ¿No deberías estar saltando de la emoción?

Eren le miró de forma inexpresiva, aunque Ethan fue capaz de leer nervios, ansiedad y terror en sus ojos, y eso, si era honesto, le asustaba un poco. Nunca antes vio esa mirada en su papá.

―No iré contigo, Ethan ―respondió el alfa con brusquedad.

Arrugó el ceño, pero la persona que replicó no fue él:

―Y una mierda ―dijo Falco―, si nosotros vamos a ir, usted también debe acompañarnos.

El mayor miró a Falco con rudeza, su mandíbula apretada mientras arrugaba los labios.

―No lo entienden ―gruñó, molesto―, las cosas entre Levi y yo... no acabaron bien.

Ethan soltó un bufido.

―Bueno, ¿quieres contarme entonces toda la historia? ―espetó, poniéndose de pie―. Tengo un montón de vacíos en todo esto que no logro comprender, y si tú no me los explicas... Supongo que la abuela sería una pésima opción, pero sabré algo más.

Eren lo miró con derrota, suspirando, y se enderezó.

―Engañé a Levi.

Ethan no pudo controlarse en ese instante, y Falco tuvo que ponerse de pie para sostenerlo por la cintura al ver que iba a lanzarse sobre el mayor, de seguro a darle un golpe en la mandíbula.

Eren no se movió, e incluso parecía que quería recibir ese golpe.

―¡¿Tú qué?! ―escupió Ethan, gruñendo para que Falco le soltara, pero el otro chico respondió también con un gruñido, imponiéndose.

―No lo engañé de esa forma, Ethan ―masculló Eren tomando aire, y cerró sus ojos un momento―, pero él y yo... ―hizo una mueca―. Mikasa y mi madre buscaron nuestros puntos débiles, ¿entendido? Y estaba haciendo que Levi pudiera tener confianza en sí mismo, pudiera... verse a sí mismo como el omega que era... ―soltó una risa amarga―, pero él... Él se reencontró con un antiguo compañero que lo quería como su omega, yo me descontrolé y le dije cosas horribles porque estaba herido y celoso y no soy más que un alfa idiota que quería poseerlo en todos los sentidos...

Ethan dejó de batallar contra el agarre de Falco, pero no se alejó, sólo se quedó mirando a Eren con sus dientes apretados, todavía conteniéndose para no lanzarse sobre el mayor. Ni siquiera las suaves feromonas que Erick estaba soltando lo ayudaban a calmarse.

Yuanfen - EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora