Erick quería que aquel alfa le dejara de molestar, pero el alfa parecía no querer rendirse en su torpe coqueteo acosador que ya le estaba cansando.
―Detente, por favor ―le pidió, tratando de que su voz fuera suave, dulce, como el tono de esos omegas perfectos que veía en televisión y que nunca podría ser.
Pero el alfa daba miedo cuando se enojaba, y si Erick le rechazaba de forma grosera, el alfa no iba a dudar en golpearlo.
Y Erick no quería que esa noche quedara arruinada, porque era la fiesta de su mejor amigo, quería relajarse un poco y olvidar todas las cosas que tenía que estudiar para el colegio. Ese maldito, jodido colegio en el que sólo sacaba notas deficientes, como el resto de compañeros omegas que tenía.
―Vamos, vamos Erick ―dijo el alfa, su sonrisa desapareciendo―, deja que te folle y te dejaré en paz. Esta noche hueles muy bien.
El alfa lo agarró de la muñeca, pero Erick tiró de ella. Sin embargo, el chico se negó a soltarlo, con la expresión divertida en su rostro desapareciendo.
Erick estaba algo mareado, la música retumbando en sus oídos, su estómago revolviéndose, como si fuera a vomitar. Sus piernas temblaron.
El alfa alcanzó a agarrarlo, acercando su cuerpo, y se estremeció cuando éste olisqueó su cuello.
―Oh ―susurró el alfa con expresión de alegría―. ¿Estás en celo?
Erick no pudo responder, sólo gimió, desorientado, perdido, queriendo correr, pero sin que su cuerpo respondiera.
Escalofríos le recorrieron cuando el alfa tiró de él, llevándolo por el pasillo con rapidez, su lengua lamiendo en su cuello.
―No ―dijo débilmente―, no, no...
Pero el alfa no hizo caso. Su omega estaba entrando en celo repentino, pues olvidó tomar sus supresores los últimos días, así que su cuerpo soltaba feromonas rápidamente, todo en él mareado, confundido, necesitado.
Aunque seguía siendo consciente de lo que ocurría: El alfa lo llevó a un cuarto, encerrándolo, tirándolo sobre la cama. Trató de empujarlo fuera, de quitárselo, pero su cuerpo no respondía bien, ya que sudaba, temblaba y se sacudía. Y el alfa lo estaba aprovechando demasiado bien, sosteniéndolo de las manos, frotándose contra él para descontrolarlo más.
Erick sentía desprecio por su omega: debido a él, los chicos alfas no querían jugar a su lado a los trece años. Gracias a él, le metieron a un colegio de omegas donde aprendió cosas que no le interesaban y ahora estaba fracasando en la preparatoria mixta.
Y ahora, por su omega, estaba siendo violentado.
―No ―insistió, pero la lengua del alfa no se detenía, y comenzó a llorar tanto por el dolor en su entrepierna como por la situación―, por... por favor, no...
―Pequeña puta ―se burló el alfa―, en el fondo, quieres que te folle.
Sollozó con más fuerza.
―¿Qué mierda?
El alfa se sobresaltó cuando una voz grave habló, quitándose, girándose, y Erick se hizo una bolita sobre la cama.
Falco, su hermano adoptivo, estaba bajo el umbral de la puerta.
―¿Erick? ―preguntó Falco con una expresión de horror.
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Yuanfen - Ereri
FanfictionDonde Ethan descubre la verdad de su familia. ADAPTACIÓN AUTORIZADA Todos los créditos a @Hobibuba