CAPÍTULO 16

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—¡Le voy a decir a mi papá!

—Levi dijo que no te tirara por la ventana. No dijo nada sobre lanzarte por el balcón.

—¡Tío Eren!

—Tú sigues, Erick. No confiaba ni en Ethan ni en Falco porque son unos alfas idiotas impulsivos, pero tú eres el omega, la voz de la razón.

—¡Papá!

Eren suspiró, tirando de Ethan hacia el interior del cuarto y alejándolo del balcón por el que asomó su cabeza y parte de su torso cuando lo encontró. Ethan golpeó el suelo con un quejido, siendo ayudado rápidamente por Falco para enderezarse, en tanto Eren limpiaba sus manos.

—Vuelves a desobedecerme —le dijo en tono calmo—, y prometo raparte el pelo, Ethan.

El menor le miró con horror.

—¡Eres horrible! —le gritó, asustado.

Eren sonrió con burla.

—Sí, eso es lo que dice Levi cuando no lo dejo correrse —contestó como si nada.

—¡Eres de lo peor! — Ethan lo observó con asco.

—¡Eso es asqueroso, tío Eren!

Se encogió de hombros, ignorando las protestas de los chicos frente a él, y de pronto su expresión se tornó seria. Ethan supo que lo que le diría a continuación sería importante, por lo que les hizo un gesto a Erick y Falco, que se acercaron con rapidez.

—Levi tiene razón —dijo pausadamente—, deberías volverte a Japón con Falco y Erick, hijo.

Ethan frunció el ceño con fastidio, cruzándose de brazos.

—No —dijo—, volveré sólo con papá. Puedes devolverte tú si quieres —agregó, bufando—, pero yo no pienso regresar sin él.

Eren le contempló unos segundos.

—No le estás tomando el peso a tus acciones, Ethan —le dijo—, quedarte aquí implica que algo podría pasarte, y si eso ocurre, Levi quedaría destrozado —Eren le dio un pequeño golpe en la nuca—. Levi no puede perderte ahora que te ha recuperado.

Ethan le miró con lástima, poniendo una expresión de cachorro apaleado para tratar de conmover su corazón (aunque falló miserablemente, por supuesto).

—No me va a perder —replicó algo molesto—, puedo cuidarme solo, sobreprotegerme...

—Está en su naturaleza —le interrumpió Eren, mirándolo con ojos entrecerrados—. Levi te ama más que a su vida propia, Ethan, lo sabes bien —suspiró, frotando su frente—. Esto podría alargarse por meses y...

—No importa —dijo, dándole la espalda—. No me iré, no a menos que me metas en una maleta.

—No le des ideas, Ethan —dijo Erick al ver la mirada repentinamente interesada del mayor.

Eren soltó un bufido, murmurando palabras incomprensibles por lo bajo, y asintió, aunque seguía sin estar de acuerdo.

—Bien —dijo Eren.

Ethan le sacó la lengua cuando Eren le dio la espalda, marchándose mientras sacaba su móvil para llamar a Ame, y cuando estuvo sin la presencia de su padre, dejó caer sus hombros.

Erick no tardó en acercarse, abrazándolo por el cuello, el menor dejó que las hormonas dulces del omega lo tranquilizaran.

Falco los rodeó a ambos con sus brazos, gruñendo por lo bajo, dejándolos impregnados con su olor.

—Ustedes deberían devolverse —dijo repentinamente Ethan, llamando la atención de los otros chicos—. Los arrastré hasta aquí y...

—Vinimos por decisión propia —le interrumpió Falco con voz ronca—, nos quedaremos contigo hasta el final —miró a Erick de reojo—. Por otro lado...

Yuanfen - EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora