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Grito tu nombre en la noche
No lo hagas realidad

No saltes

Lilian

Para mi sorpresa llegamos en una sola pieza. Tomé mi maleta y baje del avión, lista para lo que sigue. Todos caminamos hacia la camioneta, un tipo alto con lentes oscuros subió las maletas en la cajuela. Me monte en la parte de atrás junto a Max, Tom y Heidi en medio y mis padres al frente. El camino hacia el hotel sería bastante largo, así que Max y yo estábamos escuchando música mientras cantábamos. Pero la voz de Heidi nos interrumpió.

—¿Chicos no hay problema si hacen un espacio más?. Verán. Mi hija Leni también está por aquí y pues no tiene amigos aquí—Nos miraba apenada

—Tranquila, sería un gusto conocerle—Dijo Max sonriendo

Yo solo asenti y seguimos con lo nuestro, después de diez mil años llegamos a nuestro destino. Caminamos hacia la recepción.

Los lugares quedaron así:
Mis padres en una habitación por supuesto.
Heidi y Tom en una, lamentablemente.
Max, Leni y yo en otra.

Todos nos despedimos y fuimos a nuestras respectivas habitaciones.

Joder definitivamente no estoy en forma, maldito piso 124. Mierda mis piernas tiemblan como gelatina y no se diga de Max, jadeando de cansancio, creo que esos biceps son falsos.

Rebusque en mi saco hasta que la encontré, la llave de nuestra habitación, más bien era una tarjeta, la roce, haciendo que está se habrá.

—Dios mio quítate voy a morir—Corrio disparando hacia el colchón dejandose caer

Me reí ante su acción, entre cerrando la puerta, mirando las tres camas, esto está jodido. Solo un baño.

—¿Te dijo Heidi, A qué hora llegaba su hija?—Mire a mi hermano y el nego. Suspiré pesadamente, pero mi teléfono sonó, era un mensaje

Señor Kaulitz

—Espero verte en ese traje negro que tienes en tu maleta—

—¿!Acaso reviso mi maleta señor Kaulitz!?—

Pero que gran gilipollas, tomé mi maleta y busque el dichoso biquini. Hasta que lo encontré, junto con una carta la abrí y encontré un texto.

Piscina en 10 minutos

Mire con extrañeza. ¿Acaso tenía todo planeado?, la mire por unos segundos hasta que reaccione y deci obedecer su petición.

—¿Vamos a la piscina?—Le pregunte mientras tomaba el traje para dirigirme al baño

—¡Okey, pero nada escotado!—Me miro serio mientras me señalaba

Rodé los ojos y me adentre a este, me quite mi ropa y me coloque el traje. Debo decir que me queda perfecto, dejando a la vista mi piel blanquisca. Decidí ponerme una tela negra encima cubriendome. Me mire al espejo y ate mi cabello en un chongo dejando unos mechones fuera. Sonreí victoriosa, salí y me encontré con mi hermano ya listo. Este me miro y rodó los ojos haciendo reí.

Los dos salimos y bajamos hacia la gran piscina. Este hotel era jodidamente grande, fácilmente te podrías perder, pero para mí sorpresa llegamos donde dijo el señor Kaulitz.

𝗠𝘆 𝗧𝘂𝘁𝗼𝗿; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora