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Corriendo a través del monzón
Más allá del mundo
Hasta el fin de los tiempos
Donde la lluvia no hará daño
Luchando contra la tormenta

Lilian

Mis manos temblaban. Mis ojos soltaban pequeñas lágrimas y mis pies se debilitaban, con cada azote.

—¡Eres un pequeña perra!—La mujer me golpeaba con el cinturón repetidas veces

—P-Para. Por favor—Suplique sintiendo ardor en mi, pero era inútil

—Nunca debiste, te advertí. No intentes nada o te irá peor—Me alzó la mano en forma de amenaza

Asentí débil y salió por la puerta. Mis pequeñas manos acariciaron mi espalda baja, sintiendo dolor inmundo.

—Auch—Me queje, mire mis dedos y estos llevaban sangre

Pero mi atención captó la puerta siento abierta. Para mí salvación era Ria.

—¡Mi niña!, ¿Pero que sucedió?—Vino hacia a mi

—R-Ria—Le sonreí débil tratando de levantarme

—Mi niña pero mira como estás. Ven déjame limpiarte—Me llevo al baño y busco el botiquín

—¿Me dolerá?—Mire el alcohol con temor

—Tranquila, sentirás un pequeño ardor—Me alzó más la camisa. Grite a lo alto al sentir el líquido adentrarse a mi, pero fue disminuyendo, al paso del tiempo—Ahora, dime. ¿Que sucedió?—Me miro a los ojos con dulzura

—Y-Yo trate de escapar. Roman dejó la puerta principal abierta y salí corriendo pero un tipo alto me tomo de la cintura y me llevo con La Mujer—La mire con pena mientras maldecía al jodido guardia

—Lilian. Te dije que no lo hicieras, pronto todo mejorará—Me atrajo a ella

—Ya no creo—Me deje llevar por su cariño y cerré los ojos levemente

[...]

Una semana. Una maldita jodida semana y tenía un gran cicatriz en mi pequeña espalda.

Me encontraba en "mi habitación", mirando una película. La mujer solo me dejaba ver películas en ocasiones. Pero escuche dos toques en la puerta, mire con extrañeza la puerta mientras me sentaba sobre el colchón.

—¿Si?—Dije mirando la puerta con temor

—Lilian, ¿Nena todo bien?—Roman se adentro a mi habitación

—S-Si—Dije nerviosa por su acercamiento

—¿No te han dicho lo hermosa que eres?—Se acercó a mí lentamente, pero mis fosas nasales captaron el apeste al alcohol. Me quedé congelada al sentir su mano en mi cintura, atrayendome a el—Eres tan jodidamente caliente—Me beso la frente

—¡D-Dejame!—Lo empuje con todas mis fuerzas pero fue inútil

—Pequeña zorra, deja de mentir. Los dos sabemos que te mueres porque te folle—Me beso fuerte

𝗠𝘆 𝗧𝘂𝘁𝗼𝗿; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora