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Creo que olvidé
Como ser feliz
¿Para que fui creada?

Lilian

No puedo mentir, realmente me gustó la forma en la que actuó Tom, pero obviamente tuve un castigo por haberle aceptado el beso a Amy. El cual fue una semana sin tocarnos, sin nada en pocas palabras. Sintiéndome necesitada por el suave toque de sus dedos sobre mi, algo que estoy deseando en plena clase de ballet.

—¡Lilian!, es la última vez que te lo digo. ¡Pon atención!—Dijo la instructora

—Perdon no volverá a suceder—Baje la cabeza

—Desde arriba—Dijo firme

Rodé los ojos y me coloque en mi lugar. Lista en cuanto la canción se escuchara, deslice mis pies suavemente al ritmo de la canción. Casi al final de la canción es donde Edoardo tiene que sujetarme de la cintura para alzarme, pero en vez de eso, me sujeto mal haciéndome caer.

—Lo siento. ¿Estás bien?—Me miro con preocupación mientras me tomaba en sus brazos

—S-Si—Me ate a su nuca para que me dejara sobre las gradas pero la ver su silueta me dejó paralizada

—¿Tom?—Llego hacia nosotros con el rostro serio

—Señorita O'Connell su madre me ordenó que viniera por usted—Miro a Edoardo serio. Pude notar su mandíbula y sus manos tensarse. Mire a Edoardo, quitándome sus manos de encima

—Estoy bien. Gracias, Tom me llevara—Le sonreí y este asíntio yéndose. Mire a Tom y este seguía con la mirada a Edoardo

—Señor Kaulitz. ¿Podría ayudarme?—Le hice señas

—Claro. ¿Pero a qué?—Me miro confundido

—Resbale en clase y me lastime el pie—Se hacerco a mi

—¿¡Te lastimaste!?, ¿Pero estás bien?—Me tomo de la cintura

Asenti pero su toque me derritió. Sus grandes manos sobre mi pequeña cintura, cargándome como princesa hacia su auto. Me dejó en el asiento del copiloto, colocandome el cinturón.

Cerro la puerta fuerte y rodo el auto, hasta montaste y encender este. Arranco a toda velocidad.

—¿Señor Kaulitz sucede algo?—Me reí por sus notorios celos

—No puedo seguir sin poder tocarte, marcarte, hacerte mía—Solto mientras apretaba el volante fuerte hasta dejar sus nudillos blancos

—¡Pero si usted fue quien lo dijo!—Lo mire provocativa

—Y por eso me lamento, no quiero que ese hijo de puta vuelva a tocarte como te sujeto hace unos minutos—Gruño

—Pero señor no será posible. El es mi compañero de baile—Me reí, pero paro en seco haciendo que me valla hacia el frente

—Subete—Me señaló su regazo, mirándome serio

Mordí mi labio ante su orden. Obedecí completamente sumisa, posando mis piernas a sus lados.

𝗠𝘆 𝗧𝘂𝘁𝗼𝗿; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora