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Tengo miedo de extrañarte, me pasa todo el tiempo
No quiero sentir esto, no puedo soportar el amor
Trato de encontrar una razón que nos separe
No está funcionando, pues eres perfecta
Y sé que vales la pena
No puedo alejarme

Tom

Subí a mi auto y arranqué furioso, en busca de Daniel. Mi sangre hierve de tan solo pensar la manera en que Lilian me contó lo sucedido.

Tomé el volante tan fuerte que mis nudillos se tornaron blancos. La velocidad en la que iba pasaba lo requerido. Mis ojos los sentí arder, mis venas brotaron y mi mandíbula se tenso.

—¡Hijo de perra!—Grite enfurecido, golpeando este

Estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de mantener a mi pequeña a salvo. Mire el GPS, solo faltaban unas cuadras para llegar al barrio de Hamburgo.

—De vuelta a la derecha—Seguía las instrucciones de este

Hasta que lo vi. Pude observar como el gozaba en pleno sillón mirando la televisión como si no hubiese hecho algo tan malo.

Tomé el arma y la guarde en mi bolsillo. Apague el auto y baje de este encaminadome hacia la puerta. Mire unos segundos analizando, hasta que mi dedo oprimió el timbre. Pero antes de que la puerta fuera abierta me fui detrás. En busca de alguna puerta o ventana para poder adentrarme. Sonreí al ver una pequeña ventana. Mire mis rincones y me adentre. Comencé a caminar con delicadeza hasta que su voz captó mi atención.

—¿Si?—Miraba por la puerta buscando a alguien. Sonreí al ver como mi plan iba a la perfección

Quería que sufriera. Que me rogara que parara. Que gritar de dolor. Que se arrepintiera de haber tocado a mi princesa, asi que, tomé un cuchillo de la mesa y comencé a acercarme sigilosamente hacia el.

Este estaba sobre el sillón recostado mirando la televisión, hasta que mis pisadas terminaron quedando justo detrás de el. Mi mano se alzó y entonces lo clave, justo en su cuello. El se levantó del susto y me miro con confucion mientras tocaba el cuchillo en su cuello.

—¿Q-Que mierda?—Dijo como pudo pero cayó al piso

Mire la escena con frialdad y me acerque a el a paso lento.

—Nunca debiste haber tocado a mi pequeña—Le susurré mietras le clavaba más el cuchillo

Este solo me miraba con temor y algunas lágrimas brotaban de sus ojos.

—¿D-De que hablas?—Dijo cortadamente, ya que la sangre salía descontrolada

—Lilian O'Connell—Lo mire fijamente, mientras sacaba el arma apuntandolo justo en los huevos

—A-Amigo yo—La sangre brotó de su boca, decayendo poco a poco pero quería que sufriera, así que dispare justo en sus partes y este jadeo de dolor.

Sonreí al ver como empezaba a tocarse mirando sus dedos llenos de sangre.

—¿Q-Quien eres?—Me miro llorando como una vil perra

Tomé el cuchillo y lo saque pero no por mucho porque volví a clavarlo justo en su abdomen.

—Tom Kaulitz—Sonreí al ver como sus ojos de abrían como platos

El solo negó barias veces, comprendiendo todo. Pero no le quedó mucho ya que fue cerrando sus ojos lentamente hasta que sus manos cayeron resonando el piso.

Mire todos los rincones hasta que divise su teléfono, lo tomé y guarde en mi bolsillo.

Comencé a limpiar y dejar el cadáver como si él se hubiese suicidado. Tomé el arma y el cuchillo. Salí de ahí y me monte a mi auto, yendo directo a casa de Bill.

𝗠𝘆 𝗧𝘂𝘁𝗼𝗿; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora