Capítulo XXVII

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El bosque parecía más silencioso de lo normal, la temporada fría estaba cubriendo los árboles de neblina y sin duda el aire era el más fresco que se pudiera respirar, la lluvia daba un toque realmente hermoso y ameno en aquella casa aunque se sentía extraño, hacía días que no veía a sus compañeras y al parecer ahora se trataba de solo ellas dos como en un principio.

La vista le era increíble, se había quedado mirando desde su lugar en la parte trasera de la casa, donde había una silla colgante para al menos tres personas, le observaba en silencio mientras se mecía lentamente, sus manos a cada costado de su frágil cuerpo y sus piernas colgando apoyándose de ellas para columpiarse.

Sus ojos se fijaban únicamente en esa persona que se encontraba cortando troncos secos con un hacha para hacer un poco de leña qué lo más probable es que la usara para la chimenea, examinándola de pies a cabeza, llevaba puestas unas botas negras que parecían pesadas, un poco lodosas por la tierra mojada, sus pantalones de mezclilla sueltos y con aberturas a la altura de sus rodillas, una camiseta blanca un poco manchada de polvo por la misma madera, descubierta de los hombros hasta la altura del ombligo, podían verse sus costillas y su abdomen comprimiéndose al momento de ejercer fuerza para partir el tronco en dos partes, sus guantes de protección en las manos color mostaza sujetaban muy bien el mango del hacha. Comenzó a alinear la leña que había logrado conseguir, secándose el sudor de la frente con su misma camiseta, respirando con fuerza... Ese tipo de ejercicio por las mañanas era mucho mejor que hacer pesas y lo había comprobado pues podían marcarse los musculos en sus bíceps, las venas marcadas en sus brazos eran llamativas y al momento de levantar su camiseta se podía ver su bien trabajado abdomen, sudoroso y duro, subiendo y bajando por su respiración  se le formaba una perfecta V que se pronunciaba cada vez más.

- Hola Lisa - saludó la castaña mayor

- Buen día pequeña - saludó la pelinegra quitándose los guantes.

- Te ves... - Jisoo apretó los labios ante tal imagen - Cansada - dijo mirando la leña - Necesitas ayuda? - la pelinegra alzó una ceja divertida.

- Podrías lastimarte carita dulce - acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja - no quiero que eso suceda nena.

Jisoo tomó la mano de Lisa para caminar con ella y sentarse en un tronco cercano, mirando la gran casa que tenia delante, ahora que lo pensaba... La primera ocasión que la vió jamás imaginó que guardaría tantos secretos y habitaciones por debajo de la tierra, parecía normal a simple vista, una de esas casas familiares que el resto de la gente normal ocuparía para sus vacaciones de verano.

- Lisa... Dónde están Jennie y Rosé? - preguntó la castaña sin darle vueltas al asunto, necesitaba saberlo de cualquier modo.

Ella no se esperaba esa pregunta y quizá no tendría porque saber la respuesta así que simplemente respondió con una verdad a medias.

- Jennie se ha portado mal pequeña y con Rosé solo me equivoque - dijo mirando sus ojos - Sé que las extrañas pero no te preocupes, pronto estarán aquí y volveremos a ser felices, lo prometo. - Jisoo asintió poco convencida.

- Puedo preguntarte algo? - la castaña sostuvo su mirada penetrante - Por qué eres así?

- Así como? - sonrió Lisa con dulzura.

- Me refiero a... - suspiró tratando de alejar el miedo - las cosas que haces, emm Mataste a mi padre, Le hiciste daño a Rosé y creo que Jennie esta... - Fue Incapaz de decirlo - Escuché a Diana que - Se detuvo cuando notó qué los ojos de Lisa oscurecieron.

Insane (Lisa GIP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora