Te amo

42 9 0
                                    

Estábamos en la cuarta cita, habíamos ido al cine. Íbamos caminando a la van hablando de la película cuando Eddie se paró y me jalo un poco para quedar frente a él.

—Dulce— mordía el interior de su labio con nerviosismo.

—¿Sí?— mi corazón empezó a latir con mucha fuerza.

—Eres muy linda y eres hermosa, me la paso genial contigo— se acercó otro poco. —Sé que puede ser muy rápido pero no quiero esperar, yo me preguntaba si te gustaría ser mi novia.

Me había quedado sin palabras, sentí que la respiración se me había atascado en la garganta. Entre más tardaba en contestar Eddie se ponía más nervioso.

—Oye si no sientes lo mismo está bien, entiendo— dijo soltando mis manos.

—No Eddie— conteste apenas en un susurro.

—Tranquila— me dio una sonrisa apretada. —Podemos seguir siendo amigos, no te preocupes— dijo claramente decepcionado.

—No, no me refiero a eso. No es que no sienta lo mismo, yo...— como empecé a divagar y mejor me quede callada un momento para ordenar mis palabras. —Tú también me gustas y si, si quiero ser tu novia— dije jalando de su mano para acercarlo de nuevo a mí.

—¿Sí? No tienes que aceptar si no quieres.

Tome su rostro entre mis manos y lo jale un poco poniéndome de puntillas para besarlo. Él me tomó de la cintura para profundizar el beso. Nos separamos cuando a ambos nos faltó el aliento, beso mi frente y me abrazo fuerte.

Estar con Eddie se sentía muy bien, comenzamos a pasar juntos todo el tiempo que podíamos. Después de 3 meses juntos, les dije a mis padres que éramos novios y me pidieron que lo invitara a cenar.

Estaba con los nervios al máximo hasta que llegó ese día, decidí que iba a pasar por esto solo una vez así que también se lo presentaría a Ari.

Eddie llegó puntual, estaba hablando con mi papá cuando bajé.

—Hola Dulcecito— me saludo cuando me acerque.

—Hola Eds— papá solo nos veía con una sonrisa.

—La comida va a tardar un poco, pueden ir a tu cuarto al evento principal— dijo guiñando un ojo. —Suerte chico— le dio una palmadita en la espalda. —Me saludas a Ari— asentí y llevé a Eddie a mi cuarto.

—Si no te sientes listo podemos dejarlo para luego, aún podemos escapar.

—Tranquila, todo estará bien— dijo mientras tomaba mis manos.

Eddie sabía lo nerviosa que estaba por esto e intentaba tranquilizarme lo más que podía. Suspire y tome el teléfono.

—Dulce— al ver mi cara Ari frunció el ceño. —No me digas que se arrepintió.

—No, no se arrepintió— moví el teléfono para que Eddie saliera en la pantalla. —Eddie, ella es mi otra mitad Ari y Ari, él es el chico de mis sueños Eddie.

—Hola Ari, un gusto— dijo Eddie tomando el teléfono.

—Hola Eddie, he oído mucho de ti.

—Lo mismo digo, a veces me pongo celoso porque solo habla de ti— le di un golpecito en el hombro.

—Soy el amor de su vida, más que gustarle a ella debes gustarme a mí.

—¿Disculpa? Se supone que me tiene que gustar a mí.

—Es obvio que te gusta, después de lo que me contaste de él cuando lo rescataste de los matones estaba segura de eso.

Abrí los ojos mucho al escuchar lo que dijo Ari, intenté quitarle el celular a Eddie que me veía con una mirada de suficiencia.

Justo sobre el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora